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Cada vez son más las mujeres que hacen boxeo como terapia Imprimir
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Domingo, 20 de Junio de 2010 18:23

Vendarse las manos y ponerse los guantes es parte de un ritual que hasta hace pocos años sólo era conocido por hombres, pero cada vez son más las mujeres que se atreven a formar parte del universo del boxeo.

Sólo en la Ciudad de Buenos Aires hay, al menos, 12 gimnasios que se dedican a enseñar esta actividad. Para ellas, muchas veces, golpear contra una bolsa es una forma de descargar las tensiones acumuladas luego de una larga y agotadora jornada laboral.

Carolina Bisogni tiene 31 años y hace uno concurre a los entrenamientos de boxeo que se dictan en el gimnasio Megatlón del centro porteño. “Para mí el boxeo es como un cable a tierra. A través de un gancho o un cross tengo la posibilidad de liberar la energía”, asegura luego de una hora de saltar la soga, pegarle a la bolsa y a los guantes de foco del profesor. La clase es mixta y aunque al principio las mujeres se sentían inhibidas al practicar un deporte típicamente masculino, con el correr de las clases se volvió algo habitual. Melina de 35 años asegura: “A veces somos más mujeres que hombres, sobre todo, los lunes. Pero ya me acostumbré y no me molesta. Ahora, hasta pido pelear con hombres porque me exige más y es un desafío poder enfrentarlos de igual a igual”.

Desde la Federación Argentina de Box (FAB) indican que desde hace cinco años comenzó a crecer la cantidad de mujeres que practican esta actividad y ya se registra un alza del 80% en las que hacen boxeo en forma no profesional. Según un cálculo estimado, las amateurs son casi mil en todo el país. Miguel Pippo, coordinador de Megatlón de la sede céntrica, señala que “el boxeo entre las mujeres se está poniendo un poco de moda, además de descargar tensiones es una actividad que sirve para trabajar todo e l cuerpo, de la cabeza a los pies”.

El profesor de la clase, Nicolás, asegura que también concurren mujeres que se acercan a los 50 años. “Carmen tiene 55 y viene a mi clase hace casi un año. Al principio le costaba, pero ahora se nota que hasta lo disfruta mucho.” El entrenamiento es parte de las actividades del gimnasio que tiene una cuota que va de 140 a 270 pesos.

Le Parc es otra de las cadenas de gimnasios de alto nivel que ofrece entrenamiento de boxeo donde creció la demanda por parte de las mujeres. “Ellas se lo toman como una terapia. Están todo el día en la oficina, sedentarias y sumando estrés, entonces vienen acá a descargar. Hace unos años, si sugería una clase de boxeo para mujeres ni siquiera hubiera sido aprobada. Pero se le dio mucha difusión al tema y tuvo su repercusión. Hoy, las mujeres trabajan a la par de los hombres”, asegura Luis Berti, coordinador de Le Parc. A pesar de que algunas todavía tienen que lidiar con los prejuicios, ya no está mal visto que una mujer practique boxeo. Berti dice que el deporte “se tamizó para que pueda llegar a la clase media y media alta. Ya no se ve tanto como una actividad violenta y machista, sino como un deporte y una terapia”.

Una salida profesional

Para la mayoría de las mujeres que lo practican, el boxeo es una actividad que sirve para descargar tensiones y canalizar el estrés, pero unas pocas tienen el sueño de convertirlo en un trabajo de tiempo completo. Desde la Federación de Boxeo arriesgan que en una clase de cincuenta personas, sólo dos quieren ser profesionales. Para ellas, Marcela “la Tigresa” Acuña es la figura máxima y el ícono a seguir. Además de hacerse conocida a través del boxeo y ser la primera campeona, logró que el box femenino se reglamentara en el país.

A pesar de la apertura, muchas creen que el circuito profesional sigue siendo un ambiente machista y lleno de prejuicios. Jimena empezó a concurrir tres veces por semana a entrenamiento de boxeo porque, según asegura, le sirve para “tonificar todo el cuerpo”, pero pasados los meses se entusiasmó tanto con el deporte y con la técnica que involucra, que no descarta volverse profesional. “Amo este deporte y sueño con dejar mi trabajo de secretaria para dedicarme todo el día. Pero sé que implica mucho esfuerzo físico y emocional.”
 

Cada vez son más las mujeres que hacen boxeo como terapia