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Por Prof. Alberto Orga

 

11 de abril de 1932...Un aporte al conocimiento de nuestro lugar

 

Pasada la media noche la aparente tormenta que se había visto hacia el occidente se abatió sobre el territorio. Para sorpresa de todos no fue lluvia lo que se precipitó sobre la región. Fue una fina llovizna la que comenzó a producirse pero de nieve seca. 

 

El fenómeno no esperado y desconocido por todos, causo sorpresa en un primer momento y miedo y preocupación posteriormente. Los escasos pobladores que todavía permanecían despiertos o algunos que habían madrugado, fueron los encargados de dar la alarma en el pueblo. 

 

Poco a poco fue corriendo la noticia casa por casa. Quién era levantado por algún amigo, conocido o familiar, espantado ante lo que ocurría avisaba o daba la alarma a alguien más. El fenómeno recrudecía y nadie tenía una explicación válida ni certera. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Conocida fotografía en donde puede verse al fondo la Municipalidad todavía en construcción y un obrero trabajando en la tarea de enterrar la ceniza que se retiraba de los techos y calles. La Escuela N° 1 ya funcionaba en su nuevo edificio.

 

Fue un amanecer diferente. Sobre todo porque no hubo claridad. La intensidad de la lluvia de ceniza se incrementó alrededor de las 9 de la mañana y la oscuridad fue total. Los chicos no se animaban a salir. Las clases fueron automáticamente suspendidas sin necesidad de resolución del Director General de Escuelas. Fue espontáneo. Los alumnos no fueron a la escuela.

 

A medida que avanzaba la mañana el blanco color de la ceniza lo cubría todo. Algún automóvil que había intentado acercarse al poblado, proveniente del campo había quedado con el motor roto, ya que la toma de aire aspiraba el fino polvo y esto repercutía en el funcionamiento del motor . A los caballos de andar si se los apuraba tampoco servían porque un fuerte acceso de tos los dejaba fuera de la posibilidad de ser utilizados. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La calle San Martín cubierta de Ceniza. Familia Carusso.

 

Los comentarios se sucedían hasta que a través del telégrafo se supo que un volcán de la cordillera había explotado y que la ceniza provenía del mismo. El origen no tranquilizó a los pobladores, ya que una de las preocupaciones era la constitución química y las consecuencias para la salud que la precipitación de ceniza podía traer aparejada. 

 

 

Los campos estaban totalmente cubiertos. Las aguadas sucias, los animales sin comida. Los caballos de trabajo que eran el motor de la época sin posibilidades de mantenimiento.

 

El desastre era total. Todo estaba sepultado. 

 

Se producía así el siniestro comunitario más importante que había sufrido el Partido de Rivadavia en toda su historia conocida. 

 

El Quizapú, Volcán Chileno del grupo del Descabezado entrado en erupción. Un manto de ceniza cubría La Pampa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En 2010 con motivo de la restauración de la Plaza Colón se descubrió una buena cantidad de ceniza allí enterrada.