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Filatelia: Las estampillas como medio de comunicación y propaganda Imprimir
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Escrito por Juan Carlos Martinez   
Lunes, 07 de Diciembre de 2009 16:15

L a primera estampilla para franqueo de correo comenzó a circular en el Reino Unido en 1840. En sus primeros años, las estampillas sólo indicaban el importe por el que valían, el nombre del país emisor, y en ocasiones la imagen de un gobernante o prócer de dicho país.

Hacia finales del siglo XIX, comenzaron a utilizarse estampillas para conmemorar aniversarios o acontecimientos históricos. En estas estampillas, el diseño de las misma ya era más complejo, pues solían mostrar el suceso que se conmemorara, o una representación alegórica del mismo.

Esta mayor “amplitud” a la hora de diseñar las estampillas, permitió a los encargados de emitirlas (generalmente dependientes de los gobiernos nacionales), comenzar a utilizarlas como vehículo de difusión de sus ideas políticas, religiosas o de otro tipo. Al definir cuáles sucesos evocar y cuales no; ya se estaba haciendo una selección de contenidos a difundir; y al decidir cómo se los iba a mostrar, se podía completar la idea a transmitir.

Para esa época, las estampillas de correo eran un medio de comunicación realmente masivo; ya que el elevadísimo costo de las comunicaciones telefónicas o telegráficas limitaba su uso, convirtiendo al correo en el medio de comunicación mayoritario para comunicaciones interurbanas o internacionales. Sumado esto a las grandes migraciones vividas en la Argentina en la primera mitad del siglo XX que muchas veces separaban a las familias, imponiéndoles el correo como único medio de comunicación entre sus miembros, se revela la gran masividad del correo y de las estampillas; masividad difícil de concebir hoy en día.

Esta situación se modificó a partir de 1970, cuando surgieron las máquinas franqueadoras: a partir de entonces, ya no todas las cartas utilizaban estampillas, pues las que se despachaban desde la oficina de correos eran franqueadas a máquina. Y como la inflación de esa época generaba frecuentes cambios de tarifas, cada vez más cartas eran despachadas en las oficinas de correos (donde se podía preguntar el importe al empleado) y menos en los buzones (ya que no se conocía la tarifa exacta).

A partir de la década siguiente, el costo relativo del teléfono disminuyó notoriamente, lo que generó más comunicaciones por este medio y menos por correo; situación que se incrementó mucho más en la década siguiente con el surgimiento de Internet y del correo electrónico.

En los últimos veinte años, la emisión de estampillas ha perseguido objetivos más comerciales que de propaganda: Como la mayoría de las mismas son compradas por coleccionistas de estampillas, lo que se busca al emitirlas es que sean vistosas y de una temática popular, para poder vender más ejemplares.

 

Primer sello del mundo, emitido por el Reino Unido 

 

El denominado Penny Black o Penique Negro fue el primer sello postal de la historia, emitido por el Reino Unido el 1 de mayo de 1840 y válido para uso postal desde el 6 de mayo por iniciativa de Rowland Hill tras la reforma del sistema postal británico destinado a hacer pagar al remitente según el peso del envío, y no al destinatario y según la distancia como hasta entonces.

El sello lleva la efigie de la reina Victoria. Para su diseño se convocó un concurso en el que participaron más de 2.000 diseños y para el que había un premio de 600 libras. No hubo un ganador, por lo que se decidió utilizar como diseño base un medallón de William Wyon realizado en 1837 para conmemorar la visita de la reina a Londres, que fue pintado por Henry Corboull, grabado por Frederick y Charles Health e impreso por Perkins Bacon. Tuvo una primera tirada de 60.000 ejemplares, pero hasta ser retirado de la circulación, en 1841, se emitieron 68 millones de ejemplares, de los que se calcula sobrevive un millón y medio.

Cada sello muestra las coordenadas del lugar que ocupaba inicialmente en la hoja de impresión. Esas coordenadas se forman con dos letras, una para la línea y otra para la columna: de AA a TL, que aparecen en las esquinas de los sellos y que permiten a los filatelistas reconstruir las hojas completas de los primeros sellos británicos.

 

Como se imaginarán quien tenga un sello de esta emisión posee una pequeña fortuna ya que hay mas de un millón y medio de coleccionistas en el mundo.
En nuestra próxima entrega comenzaremos a desarrollar las emisiones de nuestro país.

 

Columnista:
Juan Carlos Martinez
www.elcoleccionistafilatelico.blogspot.com 

 

No tire las estampillas, son parte de nuestra historia, déselas a quien coleccione

 

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