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 Cristina Kirchner permaneció en la quinta de Olivos en el arranque de la semana previa al balotaje presidencial. Eligió el silencio y no hizo ningún comentario en las redes sociales que suele utilizar para referirse al debate en el que se enfrentaron Mauricio Macri y a Daniel Scioli. La agenda de la mandataria tiene un ritmo más pausado estos días y pese a cierta resistencia en el equipo de campaña del candidato del FpV, podría encabezar el viernes -en plena veda- el acto por el Día de la Soberanía.
Los silencios de la Presidenta pesan tanto o más que sus discursos cargados de mensajes políticos para los propios. Lejos de Balcarce 50, la jefa de Estado permaneció ayer en la quinta de Olivos desde donde siguió el debate la noche del domingo. Ni desde su cuenta de Twitter ni desde su sitio web se pronunció sobre el desempeño de Scioli frente al jefe de Gobierno porteño.
En el equipo de campaña de Scioli prefieren “un bajo perfil” de la Presidenta estos días. “Es favorable que no aparezca”, reconoció un asesor sciolista. Insistirán en mostrar un “Scioli más peronista que nunca” y menos ligado al kirchnerismo para lograr llegar al votante indeciso, a quien apuntó durante el debate el gobernador bonaerense. “Con Aníbal hablando todas las mañanas y la presencia mediática de Vanoli no están ayudando mucho”
El sciolismo descansa en el silencio de Cristina, analizando cuánto puede incidir en el electorado indeciso en el que se concentra el candidato del FpV en la recta final. Sin embargo, en el núcleo duro K, la palabra presidencial marca el rumbo del discurso y esperan su valoración sobre el debate.
Ayer como es habitual, la Presidenta se reunió con el secretario general de la Presidencia, Eduardo “Wado” de Pedro en Olivos, un encuentro definido como “de rutina”. De Pedro había estado el domingo en la Facultad de Derecho, presenciando el debate.
La agenda de la Mandataria marca un ritmo más tranquilo que el que solía tener durante la campaña previa al 25 de octubre. Esta semana sólo se prevé, aún sin confirmación oficial, un acto el viernes después del mediodía por el Día de la Soberanía, en plena veda electoral y a sólo 48 horas del balotaje (ver El viernes ...).
En el último giro de su campaña, el discurso endurecido del candidato del oficialismo se centrará en “la idea de que él es el defensor contra todo lo malo que puede generar un triunfo de Macri”, indicaron desde su entorno.
Los días están contados y aunque mostraron un marcado optimismo después del debate, en el sciolismo saben que no hay margen para ninguna equivocación de cara al domingo electoral.
El debate no permitió sacar la ventaja esperada sobre el líder de Cambiemos y en la Casa Rosada algunos reconocieron la buena performance de Macri: “Se lo vio bien armado, preparado”, dijo un alto funcionario del gabinete. que insistió, sin embargo, que Scioli tuvo “más contenido en sus planteos”.
En otro despacho, un ministro consideró que el mal manejo de los tiempos no permitió “que (Scioli) redondee bien sus preguntas, pero estaba muy firme y cumplió su cometido al señalar el riesgo que gane Cambiemos”.
La orden reiterada en el FpV, en esta corta semana de campaña fue “salir a militar el territorio” casa por casa y cuadra por cuadra y esperar que mejoren los números para Scioli. 
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