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Perdió 81 a 73 en un partido en el que contó con poca efectividad en los tiros de campo y libres. El sábado se medirá frente a Brasil.

 

Perder es uno de los dos resultados que permite el básquetbol. Y si bien los números son los que definen el marcador, hay victorias que se consiguen con sabor a poco y derrotas que duelen menos por cómo suceden. Estar en partido ante el duro Lituania hasta 19 segundos antes de la chicharra, luego de haber sufrido altibajos en el juego, dependido en exceso de Emanuel Ginóbili (22 puntos) y necesitado de mayor ayuda de parte de los jugadores de rol, fue un premio bien ganado para la Argentina por el mero hecho de no rendirse nunca. De sacar energías de donde no las había. Se perdió 81-73 en el torneo olímpico y mañana vendrá Brasil, ante el que habrá que recuperar mayor fluidez ofensiva.

 

Debía plantarse firme Argentina ante el poderoso juego interior lituano y eligió la defensa zonal, con cierto éxito. Pero a la hora de meterla en el aro contrario, no hubo efectividad en el primer tiempo, con 33 % en lanzamientos de cancha y un abuso de intentos de triples, con casi nula puntería (3-15). Si Lituania no mandó por más de 3 tantos (30-27) en esos primeros 20 minutos, fue porque le pasó lo mismo que a la Argentina y sólo embocó 2 de 13 triples.

 

Visualmente fue deslucida la primera mitad. El partido se planteó con una paridad notable, porque si bien Argentina lucía asentado cuando armaba las jugadas, carecía de puntería. Y si Ginóbili apenas convertía dos de seis libres, la cosa se complicaba a la hora de sumar.

 

Lituania pasó al frente por primera vez con el 16-15 con el que cerró el primer cuarto, gracias a dos libres de Jonas Valanciunas. Pero en el segundo parcial apareció la mano de Mindaugas Kuzminskas, el alero rubio de 2,05 metros que se encendió y adelantó 25-18 a los europeos.

 

Argentina no hizo pie con su segunda formación en cancha y estuvo 3m20 sin anotar, entre un triple de Delfino y un doble con el que Scola marcó su reingreso. Y encima abusó y erró triples en las manos de Laprovíttola y del capitán. Garino levantó a los hinchas con una tapa a Valanciunas, 15 centímetros más alto que el marplatense. Y fueron Ginóbili y Nocioni quienes achicaron la diferencia para irse 27-30 al entretiempo.

 

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El número 5 se calzó el traje de superhéroe y Súper Manu vino al rescate con 12 de los 15 tantos con los que Argentina logró un parcial de 15-10 en 6m12 para adelantarse 42-40. Pero si otros, salvo Nocioni (5 en el cuarto), no aparecían, difícil aguantar.

 

En Lituania se prendió fuego Kuzminskas de nuevo y con 9 tantos en el período adelantó 59-49 a su Selección en el arranque del último cuarto. ¿Quién hubiera pensado que seis minutos después Argentina estaría ganando 61-59, con un parcial de 12-0 producto de puntos de cinco jugadores? Nadie.

 

Pero Lituania sacó 8 de distancia de nuevo (72-64), la Selección volvió al partido con mucha garra pero sin embocar libres (16-28) y todo se definió cuando Seibutis dejó 77-71 a los europeos, Scola salió por faltas y los intentos desesperados por achicar no entraron.