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Rompió el silencio: A solas con el testigo del accidente en el que falleció el joven de Piedritas Imprimir
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Lunes, 29 de Agosto de 2016 20:06
Edgardo Sánchez es camionero, propietario de la unidad con la que trabaja, tiene 54 años, vive en la ciudad de América y el viernes le tocó vivir una de las experiencias mas tristes e inquietantes de su vida; tal es así, que basta con solo escucharlo unos minutos para darse cuenta que el hombre no puede más con el peso de lo que vio cuando viajaba hacia Rosario a bordo del Volkswagen 1722.
 
He escuchado decir que el muchacho viajaba sin luces y otras cosas que no son reales. Se trata de una persona, de un joven, de una familia que seguramente lo llora, por lo tanto no puedo quedarme con esto. Así justificó su charla con Distrito Interior, de la que transcribimos algunos pasajes.
 
Sanchez, luego de detallar que es habitual escuchar que las motos son un problema y que están involucradas casi a diario en distintos hechos y es verdad, también hay gente que las utiliza para trabajar, que es su único medio de movilidad, que no siempre es imprudencia, que a veces, son accidentes, como en este caso.
 
No voy a juzgar a la persona que lo atropelló, pero lo que oí acerca del muchacho (por Ortíz), no es lo que yo vi junto a otro camionero de La Pampa que iba delante mío, de quien no puedo dar el nombre porque solamente compartimos un momento que fue luego del accidente; juntos retiramos la moto que había quedado abajo del camión.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Yo había salido de la planta de Glencore cerca de las 20:00, en América. Pasando la balanza de la ruta 33 yo iba a unos 200 metros detrás del otro camión, al que me fui acercando con la intención de pasarlo.
 
Luego de haber pasado (en sentido Villegas – Piedritas) una especie de “S” que hace la ruta, veo que me supera una camioneta y al mismo tiempo observo que viene una luz de frente por lo que pensé que se trataba de una moto y que no la había visto, todo se dio en un instante, supuse que se metería entre medio de los dos camiones y lejos de realizar esta maniobra, siguió derecho como venía sin que yo haya visto las luces de stop de la camioneta.
 
En ese momento siento una explosión y veo volar un objeto por el aire que resultó ser el cuerpo, eso se produjo calculo a unos cinco metros delante del camión al que yo seguía, la camioneta retomó la mano que le correspondía pero derrapando hacia la banquina hasta el alambrado, eso me lleva a observar el movimiento e inmediatamente a ver la luz de freno del camión delante mío, por lo que yo también hago lo mismo y observo que éste comienza a largar muchas chispas, por lo que le hago señas de luces, por lo que estaciona en la banquina y yo hago lo propio delante de él con cuidado por el estado en que se encuentran.
 
En ese momento observo que el camionero viene corriendo hacia mi y yo sin bajarme todavía porque estaba descalzo, en esas condiciones viajo, me pregunta si vi lo que hizo el de la camioneta por lo que asentí.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Me dice que yo le hacía señas de luces, le expliqué que era por las chispas temiendo que se prendiera fuego y me solicita una linterna para ver que podía tener; juntos, de la manera en que uno toma coraje, nos fijamos y vimos que la moto estaba allí, el camionero la retira y la ubica a un costado, en ese momento recuerdo que pasó otro camión con luces azules tipo led y decidimos qué hacer.
 
Yo le dije que seguía mi trayecto porque tenía que llegar al puerto y le sugerí que se quedara debido a lo ocurrido con su vehículo, pero que no se preocupara porque le dejaba mi número para atestiguar si fuera necesario. Intercambiamos opiniones sobre el conductor de la camioneta y luego me retiré, quedando él en el lugar.
 
Luego de haber recorrido unos metros llamé al 911 (prueba de ello es la llamada registrada en su celular tal se aprecia en la foto interior izquierda) y le dejé al policía que me atendió cuyo nombre no recuerdo, mis datos y le describí lo sucedido, inclusive dudando de la marca de la camioneta con la certeza de que era blanca.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Vuelve a quebrarse e interrumpe el relato.
 
Al retomar, cuenta que al llegar a la rotonda de Rufino se encuentra con el camión de las luces azules, con cuyo conductor habla acerca de lo ocurrido, quien le da algunos detalles que hasta ese momento desconocía y continúa su viaje.
 
Al regresar, paso por Piedritas y me detengo en la estación de servicios que está en la ruta, donde compro algunas cosas y  hablo con uno de los playeros a quien le pregunto sobre el accidente de la noche anterior. me cuenta que se trata de una persona joven al que conocen porque un familiar había trabajado ahí y que quien lo había atropellado era una persona de Río Cuarto y que se decía que la moto iba sin luz; inclusive antes del accidente había cargado combustible ahí.
 
Ante lo oído, le dejé mis datos, mi teléfono y le pedí que se lo entregue al padre, que le diría lo que vi, que la moto iba con luz y por su mano y que por algún motivo que desconozco, su conductor lo había llevado por delante.
 
Hasta el momento no me he conectado con nadie; nadie se ha comunicado conmigo, esto que he relatado es lo que le comenté a una persona de General Villegas que me sugirió contactarme con ustedes y así ha sido. No pretendo nada más que contar lo sucedido porque pienso detrás de ese chico hay una familia y lo que pasó, pasó, no hay que ensuciar más a nadie.
 
Entre lágrimas, sobre el final de la charla, Sánchez dice de manera contundente que pasa el tiempo y es algo que no se puede olvidar y concluye preguntándose, ¿qué necesidad hay de mentir, a cualquiera le puede pasar un accidente, hay seguros y esas cosas, para qué mentir, para qué mentir, no entiendo … ?
Rompió el silencio: A solas con el testigo del accidente en el que falleció el joven de Piedritas