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Fernando Luis “Nacho” Muñoz, hijo del intendente de Agustoni, fue condenado a ocho años de prisión. A principios de abril se rechazó el último recurso que presentó la defensa ante la Justicia. Curiosamente, Muñoz fue detenido por su hermano policía.

 

Luego de casi tres años de iniciada la investigación, finalmente el Superior Tribunal de Justicia dio por concluidas las instancias de apelación para el exchofer del transporte escolar de la localidad de Agustoni Fernando Luis “Nacho” Muñoz, quien fuera condenado por abusar sexualmente en forma reiterada de una niña de doce años a la que transportaba a diario. Hay sospechas de una supuesta protección al hijo del actual intendente de la localidad, alojado hace poco más de una semana en la Comisaría de Quemú Quemú.

 

“Nacho” Muñoz fue condenado el 9 de septiembre de 2015 por el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por la situación de guarda”, a la pena de ocho años de prisión efectiva. Los hechos investigados se extendieron entre marzo de 2013 y agosto de 2014.

 

El entonces fiscal Alejandro Gilardenghi había solicitado la pena de nueve años de prisión, mientras que el abogado defensor y ahora fiscal general Armando Agüero había requerido la absolución o tres años en suspenso, mientras que la querella pidió doce años de prisión.

 

Tras recibir la condena del juez Carlos Pellegrino, el hijo del intendente Luis Muñoz pasó casi tres años en libertad y continuó trabajando en la comuna a cargo de su padre, aunque fue desplazado de la combi utilizada para trasladar a chicos de la zona rural. Su primer abogado trató de revertir la condena en primera instancia y el TIP lo rechazó. Luego, con el letrado Julio Ballari, intentó lo mismo ante el Superior Tribunal de Justicia, que rechazó primero un recurso de casación y el pasado 6 de abril se terminaron las chances con un rechazo “in límine” de un recurso extraordinario federal.

 

Condena y ratificación

 

En su fallo de primera instancia, el juez Pellegrino confirmó que durante los viajes en una Renault Trafic Muñoz “fue tramando sus pretensiones sexuales con la mayor de las hermanas, primero en forma de conquista, con expresiones cariñosas y halagos, luego con tocamientos, para pretender concluir con la consumación del acto sexual. El imputado fue produciendo el enamoramiento de la niña, mediante la seducción que desplegaba a diario, llegando a confundir en los sentimientos a la pequeña”.

 

El caso llegó a Tribunales luego del alerta que dio una maestra y disparó sospechas también sobre otro supuesto abuso, que rondó la investigación pero que finalmente no se plasmó en denuncia.

 

Ser el chofer del transporte escolar terminó siendo un agravante para la conducta de Muñoz, ya que la chica de doce años estaba bajo su “guarda”. El juez concluyó que consideró que dicha condición “juega un rol determinante, no solo por su eficacia, sino que fue esa misma situación la que le permitió al perpetrador poder maquinar su conducta. Habiendo ganado la confianza de la niña debido a la cotidianidad de trato, el conocimiento de la familia y de la escuela, que él era el encargado del traslado, más la familiaridad adquirida en los años anteriores de viaje compartido, resultaron determinantes para lograr consumación”.

 

¿Protección?

 

Gran parte de los pobladores de la localidad de Agustoni siguieron el caso con cierto escepticismo, mientras algunos pocos creían en la versión de la víctima aunque desconfiaban de que el hombre de 36 años, de ser culpable, contaría con cierta “protección”. De hecho, tras la condena en primera instancia los vecinos ungieron a Luis Muñoz nuevamente como intendente.

 

Pero las sospechas de una supuesta protección no se disiparon. Según pudo establecer El Diario, “Nacho” Muñoz fue detenido hace poco más de una semana en Agustoni, pero casi nadie se enteró. No hubo movimiento de móviles policiales que avivaran los comentarios en el pueblo.

 

Fuentes confiables indicaron que el encargado de trasladar al condenado habría sido su propio hermano, quien cumple funciones de policía en la localidad de Quemú Quemú, donde el abusador permanece detenido a la espera de los trámites que lo dejarán en manos del juez de Ejecución Penal, quien tendría que definir el lugar de reclusión.