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Por Sergio Buil *

 

Hace minutos terminé de dar mi discurso en el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación, donde tal como ya lo había anticipado, acompañé el proyecto de despenalización del aborto.

 

Quiero aclarar que yo no soy pro abortista; yo soy católico, quiero la vida y la defiendo. Pero hoy soy Diputado de la Nación, me toca ser parte de esta sesión histórica y debo analizar y tomar una posición más allá de mis convicciones religiosas, mi pertenencia sectorial y mis cuestiones personales.

 

Por eso, en caso de que una mujer tome la decisión de abortar no la juzgaría y sin dudas quisiera que la práctica sea legal y en un lugar en condiciones para la atención de su salud como la que este proyecto de ley determina.

 

Debo ejercer mi función actuando para el conjunto de la sociedad y seguir sosteniendo lo que siempre sostuve, como concejal, como intendente y ahora como diputado. No puedo ejercer mi función pública en beneficio de los que piensan parecido a mí, y en este caso que hablamos de un tema esencialmente de salud pública y de decisión de la mujer, interpreto que es lógico apoyar desde mi rol la despenalización del aborto en las condiciones que el dictamen de mayoría expresa.

 

Por los tantos argumentos que escuchamos en todos estos días, porque este dictamen profundiza la necesidad de educación sexual y reproductiva; porque pone foco en que el Estado cumpla su rol en salud pública, y fundamentalmente porque creo que la despenalización disminuirá el número de abortos, terminará con negocios oscuros e ilegales y porque las mujeres tienen que tener el derecho a decidir sin arriesgar sus vidas, es que votaré a favor de este proyecto de ley.

 

Y aquellos que todavía están en duda, les pido que salgan a la calle y vean la marea verde que cubre las calles, la marea verde de mujeres jóvenes, de miles y miles de mujeres jóvenes, y les pido que aprobemos este proyecto de ley para darles el derecho que nos están pidiendo.

 

 

*Diputado Nacional por Cambiemos