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La belga mecánica: Bélgica 5 - Túnez 2 Imprimir
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Sábado, 23 de Junio de 2018 11:13
Por Diego Macias
 
Bélgica le pegó un baile bárbaro a Túnez, goleó 5-2 y sacó chapa como uno de los grandes candidatos a ganar la Copa del Mundo. Lukaku hizo dos, igual que Hazard, y se convirtió en el máximo anotador belga en la historia de los mundiales. Si Panamá no le gana a Inglaterra se asegurará la clasificación a octavos.
 
Qué fácil parece todo cuando un equipo se pasa la pelota como se la pasa Bélgica. Qué sencillo se hace si la siempre se la das a los de tu misma camiseta. Qué básico y letal termina siendo la pared como arma para avanzar. Qué lujo estár a media hora del final y poder reemplazar a tus dos mejores jugadores en cancha para que descansen. Túnez no será “la” medida pero en Moscú se pudo ver que una belga mecánica que arrasó 4 a 1 y quedó a un paso de convertirse en otro de los clasificados.
 
"¿Dónde es la fiesta? ¡Aquí es la fiesta! ¿Dónde es la fiesta?", es el grito de los hinchas de Bélgica. Y tienen razón. No fue una fiesta, sino un festival de juego asociado en medio campo, salida rápida y precisión para definir. Witsel como cerebro del medio para arrancar siempre limpia cada jugada contando para eso con De Bruyne, Hazard y Meunier mostrándose como opción de pase hacia adelante. Nada de andar volviendo a los centrales, de lateralizar. Bélgica es control de pelota más vertical. Entonces, todos sus pases son esos que rompen líneas.
 
Nada de andar volviendo a los centrales, de lateralizar. Bélgica es control de pelota más vertical.
 
No necesitó mucho para tener su primera opción y en cuanto Ben Youssef y Sassi se mandaron el primero de los mil errores que tuvieron, Hazard se coló y provocó un penal. Sería raro decir que era justo porque no había pasado nada aún y el 1 a 0 no varió esquemas. Porque Túnez, con Khazri poniéndose la pilcha de recuperador, creador, asistidor encontraba espacios para llegarle a Courtois porque Vertonghen no aparecía, aún, en la misma sintonía general.
 
El tema es que es imposible sostener un partido con tanto error no forzado y se sabe bien por lo que sufrió Argentina. En este caso, se la regalaron al movedizo Mertens, que lo dejó solo a Lukaku. Y este animal del gol volvió a picarla apenas como contra Panamá. Ese festival belga tuvo un colado a la fiesta cuando Bronn descontó pero era sólo un colado que no cambiaría nada de la fiesta.
 
Hazard jugó bien de espaldas. Jugó bien con la pelota. Jugó mejor sin la pelota. Es cierto, no le gusta largarla mucho pero su conocimiento del juego es determinante en un equipo que se esfuerza por jugar sencillo. El pase de fase de defensa al medio, y del medio al ataque lo hiceron a mil por hora. Los tunecinos no jugaban, sufrían y el técnico terminó suicidándose poniendo cinco delanteros para un milagro que no podía tener lugar.
 
Cuánto sería la diferencia, que después de meter otros dos golazos, Roberto Martínez, el técnico de Bélgica, sacó de la cancha a Lukaku y Hazard (qué definición en el 4°). Fueron cinco porque Batshuayi necesitó cuatro jugadas de gol para poder festejar, si no la el festival hubiera sido más humillante. Sólo les queda la mancha de sufrir cuando lo atacan por la derecha (y así llegó el descuento de Khazri). En realidad, apenas una manchita. La belga mecánica se hace fuerte en Rusia.