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Brasil, al trotecinho Imprimir
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Miércoles, 27 de Junio de 2018 17:10
Por Diego Macias 
 
Un scratch con gusto a poco no jugó muy bien ante Serbia, pero con algunos chispazos de sus cracks se aseguró el primer puesto. Tras el 2 a 0 con goles de Paulinho y Thiago Silva y algunos lujitos de Neymar se cruzará con México en octavos.
 
No necesitan jugar muy bien. Son de los pocos que en la primera ronda les alcanzó con la camiseta. Los lujos estilo campaña publicitaria de Neymar encandilan un poco el análisis de un equipo que ganó bien pero sufrió mucho más de lo que dice el resultado. Brasil le ganó 2 a 0 a Serbia con una versión muy light de lo que promete y se aseguró el primer puesto. Primer puesto que lo llevará a jugar contra México, lejos de revancha alguna con Alemania… Pero la pregunta fue durante varias parte del partido: ¿Dónde nació Tadic? ¿En qué playa carioca aprendió a jugar Kolarov? Más brasileños que varios brasileños, Serbia mostraba que el buen trato de pelota no es exclusividad sudamericana. Willian sufría y mientras Neymar se quedaba muy abierto sobre la izquierda, era Coutinho quien se hacía cargo. En realidad, cargo de lo que le exige la camiseta a Brasil: ser protagonista. El tema es que, sin la pelota, se le complica a cualquiera.
 
La suma de cracks a veces puede ser suficiente. Porque el gol que rompió el partido fue fuera de contexto. Un pelotazo-asistencia fantasista de Coutinho para que Paulinho abusara de la mala salida de Stojkovic para el 1 a 0. ¿Cambió algo? En realidad, la necesidad serbia para no despedirse del Mundial y, encima, en desventaja, le abrió los espacios a un Brasil, que no los supo aprovechar.
 
Hasta que llegaron diez minutos en el segundo tiempo en los que la historia pudo haber cambiado, pero como no hay forma de comprobarlo, apenas podemos describir que Serbia tuvo cinco claras de gol. Las bandas brasileñas (Filipe Luis hizo extrañar a Marcelo, lesionado) y Fagner jugaron de mal para muy mal. Serbia desbordó cómo y cuándo quiso. Matic, Mitrovic, Kolarov, Kostic y Radjonic tuvieron cada uno la suya. O le pegaron mal, o apareció la pierna de Miranda, o la encontró el arquero Alisson. Los hinchas serbios deliraban y los brasileños sufrían. Ambos bandos sabían que si Brasil había sobrevivido a esa seguidilla, ya sería imposible cambiar la historia. Un corner de Neymar, con foul incluido de Miranda a Mitrovic que el VAR prefirió no mirar, terminó en el cabezazo de Thiago Silva para el 2 a 0.
 
Brasil fue como esa comida light que te alimenta, te cuida pero que te deja siempre con ganas. El triunfo, en un Mundial con tantas sorpresas, terminó siendo una buena señal porque el equipo de Tite siguió de menor a mayor. Si le mete un poco de dulce, si se sale del régimen estricto de belleza, puede ser letal.