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Conmueve el caso de la policía que le mandó un mensaje a su marido contándole que se moría Imprimir
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Lunes, 30 de Julio de 2018 09:03
Recibió un balazo cuando iba a tomar el micro, en Ituzaingó. “Me muero, me muero”, grabó en WhatsApp. Ayer fue disgnosticada con "muerte cerebral".
 
Una oficial de la policía bonaerense recibió un balazo en el cuello al ser atacada por delincuentes en una parada de micros en la localidad de Ituzaingó, al oeste del Conurbano y, al cierre de esta edición, permanecía internada en el Hospital Posadas de la capital federal con muerte cerebral.
 
Según se informó durante la tarde de ayer, la herida sufrida el sábado le hizo perder mucha sangre y ayer el cuadro empeoró hasta provocarle un cuadro irreversible.
 
Se trata del segundo episodio en el que resulta involucrada una mujer policía, durante el fin de semana, luego de que fuera asesinada (en la madrugada del sábado) una agente de la policía local de Almirante Brown, cuando fue sorprendida por un delincuente que ingresó a la vivienda que compartía con su padre y su esposo, en Glew, al sur del Gran Buenos Aires.
 
Según relató un familiar de Lourdes Espíndola, la joven herida en Ituzaingó, los asaltantes la atacaron mientras esperaba un colectivo, cerca de la colectora de la autopista Acceso Oeste. La mujer, de 25 años, había terminado su jornada laboral.
 
Juan, padre de la mujer, indicó que actuaron dos delincuentes en moto y se llevaron el arma reglamentaria que tenía la joven. “Tenía toda la plata en la billetera”, dijo a la prensa.
 
La policía baleada integra el comando de patrullas de Moreno. “Está complicada, esto es minuto a minuto”, dijo el padre. La información fue ratificada ayer desde el Ministerio de Seguridad de la Provincia, desde donde se indicó que permanece internada en “grave estado”. La herida afectó severamente la arteria carótida.
 
Fernando Altamirano, esposo de la oficial herida y padre de una hija de ambos, de seis años, contó que el hecho ocurrió poco después de las siete de la tarde del sábado y que él tomó conocimiento al recibir un mensaje de la propia víctima. “Me dispararon. Me estoy muriendo”, alcanzó a grabar por WhatsApp. En esos momentos el hombre, que también es Policía, iba a la casa de su madre, donde iban a encontrarse.
 
“ME MUERO, ME MUERO”
 
La joven -herida como estaba- logró sacar el celular y mandarle un audio de WhatsApp a su pareja, que también trabaja en el Comando de Patrullas de Moreno. Desesperada, logró decir: “Me tiraron un tiro, me tiraron un tiro, me muero, me muero”.
 
Después de eso, Altamirano pudo llamar a Samanta Lemos, otra policía del Comando de Patrullas de Moreno que la había relevado en el peaje minutos antes. Por el alerta, la mujer pidió ayuda a un integrante de la Policía Federal y con su auto lograron socorrerla de inmediato.
 
Espíndola cayó herida sobre la calle Quintana, a pocos metros de la colectora del Acceso Oeste, sentido a Capital Federal.
 
La oficial tenía el chaleco antibalas colocado pero el disparo la hirió por encima de la protección y entró por el esternón, “del lado izquierdo, y le lastimó el pulmón y la arteria carótida”.
 
El Ministerio de Salud de la Nación informó sobre el final de la tarde de ayer que “se ha determinado la muerte cerebral de la paciente Lourdes Espíndola, de 25 años, que ingresara con herida de arma de fuego en la región supraclavicular izquierda, con lesión carotídea y traqueal”.
 
La joven, herida como estaba, logró sacar el teléfono y mandarle un audio a su pareja
 
A través de un comunicado oficial, la cartera sanitaria añadió que “por decisión de la familia, se ha iniciado el proceso para la procuración de órganos a través de Incucai y Cucaiba, dando así la posibilidad de seguir viviendo a otras personas que están a la espera de un trasplante”, añadió.
 
CRÍTICAS
 
El marido criticó con dureza a las autoridades políticas de la Argentina y de la Provincia, a quienes consideró responsables del hecho. “Acá no vino nadie, nos dejaron solos”, dijo ante la prensa y luego insultó a la gobernadora Vidal y al presidente Macri.
 
“A partir de hoy no soy más policía”, dijo y detalló sobre la situación en la fuerza de seguridad: “El policía de la provincia de Buenos Aires está todo el tiempo desprotegido. Hablo, en general, por todos mis compañeros. Vivimos en un país en el que ya no se puede vivir”, afirmó.
 
En este contexto, el jefe de la Policía Bonaerense, Fabián Perroni, visitó en el Hospital a Espíndola y se cruzó con Altamirano. “Hablé con él y me pidió disculpas por lo que dijo. Le comenté que en este momento se debe portar como un verdadero hombre, que esté con su esposa y sus hijos, y que esos comentarios no ayudan”, dijo Perroni a la salida del centro de salud.
 
Sobre la decisión de Altamirano de dejar la fuerza, dijo que “esa es una decisión que deberá tomar él, es algo personal”.
 
Ante la prensa, Altamirano contó que “teníamos sueños, queríamos comprar un terrenito para hacer un dúplex y no vivir toda la vida siendo policías. No quería esperar a terminar así, tengo hijos. Somos una familia, teníamos sueños, teníamos vocación de policía, amamos lo que hacemos”.
 
 Conmueve el caso de la policía que le mandó un mensaje a su marido contándole que se moría