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Por Frente Renovador de Rivadavia

 

En la sesión de ayer, hicimos público nuestra preocupación por la situación que atraviesa la educación pública con un proyecto de de Resolución donde solicitábamos al ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, que eleve una propuesta superadora en el marco de la discusión paritaria Docente y No Docente y que provea los refuerzos presupuestarios a las Universidades Nacionales para su correcto funcionamiento.

 

Lamentablemente, el bloque oficialista acompañó parcialmente nuestro reclamo al aprobar una iniciativa propia que sólo contemplaba la recomposición salarial de los docentes. De más está decir que desde nuestro espacio consideramos que esa actualización salarial es urgente y necesaria, pero creemos que el reclamo no se circunscribe a este único aspecto, sino que contempla otras aristas que no pueden ser ignoradas.

 

En este sentido, queremos aclarar que creemos que resulta impostergable que el gobierno nacional provea los refuerzos presupuestarios necesarios para el correcto funcionamiento de todas las universidades nacionales. 

 

Del mismo modo, es oportuno echar luz sobre algunas argumentaciones de los ediles de Cambiemos que buscan tergiversar los diversos puntos del conflicto hasta reducirlo a una sola cuestión.

 

En primer lugar porque no se puede desvincular el reclamo salarial de los docentes universitarios, de la protesta por la situación de ahogo presupuestario a la que se está sometiendo a las universidades desde el año 2016. La unificación de los reclamos, es conceptualmente correcta y políticamente muy fuerte. Es un problema real para un gobierno que se ha propuesto transformar regresivamente el sistema universitario público. No hay modo de desvincular estos temas: la masa salarial representa más del 85% del presupuesto universitario; una política que procura recortar la inversión pública en el sistema no puede avanzar en su cometido sin reducir ese ítem en términos reales.

 

En segundo lugar hay que saber que el Presupuesto 2018 nunca fue bueno ni lo será, a menos que sea ampliado. No lo era cuando el gobierno proyectaba una inflación del 15%, mucho menos ahora, cuando todos los cálculos hablan de un 38-40% de inflación para este año.

 

En tercer lugar hay que reconocer que es mentira ese slogan oficial de que "la oferta salarial actual representa el máximo esfuerzo posible, en esta coyuntura económica, frente al número de docentes que registra el sistema”. Para este gobierno, el problema es la ineficacia estructural del sistema universitario, y no el insuficiente presupuesto que otorga para asegurar el normal funcionamiento de las universidades públicas. Así, el gobierno no sólo acusa al propio sistema universitario y se desentiende de la actual crisis universitaria; sino que también intenta echarle la culpa a la “coyuntura económica”, que estaría fatalmente dificultando las cosas. Resta decir, por si acaso hacía falta, que esa coyuntura económica es a la que este gobierno nos llevó, y, lamentablemente, no tiene ni la menor idea de cómo sacarnos de ella.