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Está en una casa de comidas de la ciudad a donde se puede ir a comer en familia. Pueden ingresar hombres y mujeres al mismo toilete

 

Las otroras inalterables por años normas aceptadas mayoritariamente parecen en camino de ser demolidas por los nuevos cánones del comportamiento humano, y que las autoridades comienzan a acompañar sin mucho pestañeo, como si tratara de algo inevitable.

 

Así, por ejemplo, hoy se está impulsando en el ámbito recoleto de los llamados albergues transitorios, hoteles alojamientos, o simplemente “telos” en el argot callejero, hasta ahora sólo destinado a adanes y evas, muchas veces unidos en encuentros “non sanctos”, puedan ser habilitados también al disfrute de tríos y parejas swingers.

 

En esa misma dirección, ya se admiten (en Trenque Lauquen acaba de ser autorizado uno – VER FOTO) que los comercios gastronómicos cuenten con un único baño unisex, en el cuál puedan convivir hombres y mujeres urgidos por imprevistos apuros.

 

Mientras a algunos los gana la perplejidad, otros no lo ven con malos ojos, como el caso de una vecina sentada a pocos metros del lugar que comentaba con humor que sería una solución para su casa cuando su esposo clausura el baño para toda la familia cuando se refugia en su interior para leer el diario.

 

Para la gente mayor, seguramente resultará indigerible; para los jóvenes, acostumbrados a arrasar con todos los prejuicios, la noticia será bienvenida.

 

Al fin y al cabo, cuando la intimidad resulta cada vez más invadida por cámaras, drones, celulares que permiten fotografiar, y otros menesteres, lo del baño unisex es sencillamente el estreno de otra modalidad a la que habrá que acostumbrarse, cuidándonos en su interior del mejor comportamiento para no terminar envueltos en algún escándalo.