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El Diario La Nación destaca el trabajo que se realiza en el ECO de América Imprimir
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Jueves, 13 de Junio de 2019 12:04
Un periodista del diario llegó a nuestra ciudad para conocer in situ de que forma se trabaja en el predio que la institución tiene en el Vivero Forestal para preservar y proteger la fauna como la flora autóctona y del país. 
 
Por Leandro Vesco
 
Conservación: el santuario privado que recoge desde yaguaretés a tigres en la llanura pampeana
 
"Somos los primeros que hemos reproducido yaguaratés en Argentina", afirma Adelmar Funk mientras acaricia a una hembra que protege celosamente a tres de sus crías. Funk es profesor de Ciencias Naturales y fundador de la ONG Centro de Rescate y Refugio de Animales Silvestres Eco Parque América, en el partido de Rivadavia. A 520 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, en el límite con La Pampa, el santuario de 40 hectáreas está rodeado de un bosque de 350 hectáreas con características selváticas inédito en la llanura pampeana. "En un año reprodujimos 11 yaguaretés, pero hasta que el Estado no promueva un lugar seguro, no podemos reintroducirlos", sostiene Funk, quien recibe animales de todo el país. Provienen de los zoológicos que han cerrado, circos, mascotismo, maltrato e incautaciones de tráfico ilegal. Este oasis en el medio del pastizal, está abierto al público durante todo el año.
 
"No recibimos fondos de nadie, todo lo hacemos a pulmón", afirma Funk. Hace 30 años tuvo la idea de hacer este santuario para rescatar animales silvestres, recuperarlos y liberarlos o darles una mejor calidad de vida, brindándoles espacios generosos. A partir del cambio de paradigma con respecto al trato de los animales en cautiverio en zoológicos, gran parte de ellos debió cerrar o reformarse, todos tuvieron que achicar su población de animales. Muchos de los animales de estos espacios comenzaron a ser recibidos en este santuario. "Ahora quieren ser todos Eco Parque, pero nosotros nacimos así hace 30 años", sostiene Funk.
 
En las 40 hectáreas conviven alrededor de 350 animales. Las especies se dividen en dos grupos -nativas y exóticas-. Entre las primeras hay venados de las pampas, guanacos, pumas, gatos monteses y del pajonal, zorros, peludos, yaguaretés y toda clase de aves, como cóndores y jotes reales. De los exóticos, hay tigres, leones e hipopótamos, entre otros. Sólo el ambiente de los leones tiene una hectárea.
 
Los grandes felinos son un problema ya que han vivido gran parte de su vida en cautiverio. "Liberar a un león cautivo en una selva, es mandarlo a morir", afirma Funk. Mundo Marino y los zoológicos de Mendoza, La Plata, Bahía Blanca y el de Buenos Aires son algunos de los lugares desde donde han llegado los animales que hoy tienen una mejor calidad de vida en el Eco Parque América.
 
"Mi justificación para tener un animal encerrado es desde el punto de vista educativo y de conservación", afirma este docente que tiene con las especies salvajes un contacto directo, donde no se excluye la emoción. "Te encariñas, aunque es extraño, el mismo animal que te puede comer, es el que se te arrima para que lo acaricies", completa. Los animales nativos, una vez recuperados son devueltos a su hábitat. A los exóticos, les ofrecen espacios generosos para que tengan una mejor calidad de vida, además de todos los cuidados.
 
El bosque que contiene al Eco Parque se creó en 1949 con el afán de promover la plantación de árboles. "A mitad del siglo pasado aún continuaba la conquista de la Pampa, no existían los árboles y había que plantarlos", señala Funk. El predio nació como vivero y creció como bosque y punto de encuentro del pueblo. "Es el cortavientos del pueblo", agrega Adelmar.
 
La historia del Centro de Rescate se remonta a 1989, cuando Adelmar pidió prestadas cinco hectáreas para poder asistir a los animales silvestres que la gente comenzaba a dejar en el propio bosque. "La idea siempre fue hacer un refugio para poder recuperarlos", recuerda. Treinta años después, es el principal santuario de vida silvestre del país.
 
Los proyectos son muchos, pero chocan contra la falta de recursos. Junto a su equipo están trabajando en un área que llamarán Safarí, un espacio de siete hectáreas divididas en cinco parcelas donde habrá animales sueltos que podrán ser observados en un recorrido en vehículo. Crear un banco genético es otro de los proyectos. "Podemos hacerlo congelando óvulos y espermatozoides en nitrógeno líquido, pero es costoso", asegura Funk. "Conseguimos reproducir fácilmente a los yaguaretés, nuestro banco será vivo", afirma. El objetivo es poder tener hasta 20 vientres. En pocos meses nacerán más crías de esta especie en extinción, que aquí no tiene inconvenientes en reproducirse.
 
El Eco Parque América es visitado por más de 20.000 personas por año. Frecuentemente lo usan estudiantes de Biología, Veterinaria y Recursos Naturales para hacer investigaciones y poder ver de cerca animales que difícilmente encuentren en otro lugar. Todos los visitantes reciben charlas educativas. La entrada general es de $250 y los menores de 3 a 12 años, $150.
 
El dilema que enfrenta el santuario es político y presupuestario. "Los políticos son ignorantes de la problemática ambiental, y mucho más de la animal", enfatiza Funk. En los últimos años asociaciones protectoras de animales consiguieron cerrar zoológicos y a prohibir shows con animales en circos. "Celebro el cambio, el zoológico de Buenos Aires se llenó de plata mostrando elefantes en una pista de circo", comenta. Sin embargo, el problema no termina allí. "Ahora nadie quiere ver animales encerrados, pero nadie sabe qué hacer con ellos", afirma. Allí es donde el abolicionismo del cautiverio y el Estado no han pensado en soluciones, dice Funk. El Eco Parque América acoge a estos animales, pero junto con ellos, no recibe financiamiento para alimentación ni adecuación de espacios. "El compromiso con la conservación fue el aspecto motivador que dio origen a la institución", recuerda.
 
Desde la Dirección de Flora y Fauna de la provincia de Buenos Aires le envían solicitudes para que reciba diferentes especies. El mismo Estado provincial tiene el ECAS (Estación De Cría De Animales Silvestres) en Berazategui, un predio para recibir animales silvestres, aunque están sin espacio físico ni presupuesto para aumentarlo.
 
"Pareciera ser que los zoológicos fueran una mala palabra, pero no debemos olvidar que los animales que estuvieron en ellos están vivos y debemos darles una buena calidad de vida", señala Mónica Rodríguez, subdirectora de Flora y Fauna de la provincia de Buenos Aires. La transformación de los zoológicos en bioparques es un proceso que aún está en marcha, con muchos cabos sueltos, a lo que hay que sumarle los animales que son decomisados a través del tráfico ilegal. "La invisibilidad de los animales no significa que hayan desaparecido. No hay que ser fundamentalistas en esto, lugares como el Eco Parque América nos resuelven la recepción de animales silvestres y de la zona. Buscan darles bienestar", agrega la funcionaria quien advierte que "los animales silvestres no son mascotas". El puma es un caso ejemplar, en América hay catorce. "Los cazadores matan a sus padres y se quedan con sus crías, son animales que no tienen interés en atacar al hombre, pero se defienden si son agredidos", afirma Rodríguez.
 
El Municipio de Rivadavia asiste al Eco Parque, que se mantiene con la venta de entradas. Las urgencias son muchas, deben hacer un nuevo espacio para los tigres, por ejemplo. Cada felino de gran porte come alrededor de cinco kilos de carne por día. Chacareros de la zona donan vacas para solventar el trabajo de Adelmar, que es reconocido por todos en la zona. "Hacemos todo lo que podemos con lo que tenemos, y siempre es mejor la calidad de vida que le damos acá a los animales que cuando estaban en jaulas pequeñas", afirma Funk.
 
 El Diario La Nación destaca el trabajo que se realiza en el ECO de América