Se desinfla la candidatura de Lavagna: en un año la negativa perforó su capital de imagen positiva Imprimir
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Jueves, 09 de Mayo de 2019 16:02
Lo que parecía un fenómeno inexplicado, comienza a bajar en las encuestas. Por qué el economista deja de subir en imagen mientras la polarización macrismo-kirchnerismo se acelera.
 
La repentina presentación como candidato de Roberto Lavagna que irrumpió en un escenario electoral fuertemente polarizado con pretensiones de mediar en una grieta que se profundiza, empieza a desinflarse. Es que el contrapunto entre kirchnerismo y macrismo, una fórmula que le rindió electoralmente a Cambiemos en el 2015, empieza a ceder en las expectativas electorales a fuerza de una crisis económica que comenzó a dominar el debate electoral de cara a las elecciones de octubre próximo.
 
A esta altura y con los resultados de los últimos sondeos, la candidatura de Lavagna empieza a revelar su génesis. Se parece más a la construcción política del ‘círculo rojo’, que a una genuina oferta electoral por fortaleza política que empieza a desplomarse. En política hay una regla que nunca debe subestimarse: la imagen positiva de un referente con aspiraciones no necesariamente se traslada al voto.  De hecho, hubo quienes advirtieron en la previa de su lanzamiento una frase que pareció describir la situación que empieza a configurarse en el escenario político actual: Lavagna es el mejor candidato, hasta que lance su candidatura.
 
El círculo rojo que lo proyectó, más que ningún otro, siempre supo que el éxito de la gestión de Lavagna en el Ministerio de Economía, no se explica sin el plan económico que ejecutó, antes, Jorge Remes Lenicov. ¿Fue Lavagna la garantía de la estabilidad económica o cosechó el fruto del shock que aplicó, sin matices, su antecesor?. En la respuesta a ese interrogante, anidó la duda del Poder económico concentrado y de un sector de los medios que se subió a su proclamación.
 
Un sondeo con proyección pasada muestran una sustancial pérdida de imagen del ex ministro de economía que arrancó con un diferencial positivo envidiable, pero que empieza a revertirse peligrosamente a los niveles del resto de los candidatos presidenciales. En llano: empezó a licuarse el único capital que lo ubicaba por encima del resto y, para peor, la tendencia marca progresividad en la caída.
 
En un año, el promedio de imagen positiva del ex ministro que lo mostraba en una posición ciertamente ventajosa, fue perdiendo fuerza hasta revertirse en el último mes de abril. En efecto, un sondeo de la consultora Berensztein/ D’alessio IROL, pone en evidencia la variación de las preferencias del electorado: en mayo de 2018, Lavagna ostentaba un diferencial de 25 puntos entre su imagen positiva, del 55%, contra la negativa que arañaba los 30 puntos.
 
Desde aquel pico de popularidad hasta ahora, aunque con altibajos, la imagen de Lavagna sufrió un fuerte desgaste hasta revertir la ventaja original. En abril último, el ex ministro perdió 16 puntos de imagen positiva y sumó 15 a su negativa. El resultado compromete su candidatura, que aparece hoy con un diferencial de 6 puntos a favor de su imagen negativa.
 
Obsesionado con su aspiración de representar al tercio del electorado que no comulga con las principales fuerzas políticas, Lavagna cometió un grosero error que lastimó su armado, negándose a competir por la representación de esa franja con el resto de los candidatos que pujan por representar a esa franja.
 
Se desinfla la candidatura de Lavagna: en un año la negativa perforó su capital de imagen positiva