Marcos Peña, el peor opositor de Vidal Imprimir
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Domingo, 13 de Enero de 2019 20:06
Mientras la oposición de la provincia de Buenos Aires hace agua en todos lados, el Jefe de Gabinete de Mauricio Macri se muestra como el hueso más duro de roer para la Gobernadora. La disputa interna y la negativa al desdoblamiento de las elecciones.
 
El derrotero de los gobiernos de Mauricio Macri en la Nación y de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires acabó por dar una giro inesperado para Cambiemos. A tan solo pocos meses de asumir, la mandataria provincial supo cosechar la figura de “Heidi” demostrada en la campaña de 2015 y trasvasar a una “Leona” para, cómo dicen en Gobernación, “dar la lucha contra las mafias”. Mientras, el Presidente sufría el desgaste de un ajuste sin gradualidad.
 
De esa manera, desde el sillón de Dardo Rocha, Vidal se impuso como la principal figura de la nueva política y dejó varios puestos detrás a quien debía ser el máximo líder. Por caso, en los comicios de 2017, la figura central de la campaña en el mano a mano con Cristina Fernández fue la Gobernadora y no el Presidente. Incluso, Macri llegó a estar marginado de actos en el Conurbano bonaerense.
 
Así, comenzó a forjarse la interna más dura de Cambiemos y la principal oposición que hoy tiene el gobierno de Vidal: Marcos Peña.
 
Claro, el Jefe de Gabinete de la Nación estuvo a cargo de la estrategia electoral en 2015 y en 2017. No obstante, en la última debió sumar a su equipo a la mano derecha de Vidal, el Jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai. Con ello, varias propuestas de la Gobernadora fueron acatadas por Peña, quien hasta ese momento se mostraba como la única voz capacitada para las disputas electorales. Su poder empezaba a verse golpeado.
 
Vale recordar que, tras la victoria de Esteban Bullrich y Gladys González contra el binomio de Unidad Ciudadana, Vidal fue la voz del discurso triunfal y se encargó de destacar el rol de Salvai en la estrategia electoral. Otro golpe directo a Peña y su ego.
 
Pocas semanas más tarde, el esposo de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, subió escalones en los puestos nacionales del PRO y Peña volvió a sentir el golpe. Como si fuera poco, lo que vino con 2018 acrecentó el malestar.
 
El último año, que bien podría llamarse el año de las tormentas constantes, Vidal profundizó las diferencias con Nación. Mientras Peña y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, centralizaban el ajuste, la Gobernadora mostraba una postura diferente.
 
En abril de 2018, la mandataria anunció una reducción de impuestos en la tarifa de agua, electricidad y gas. Medida que buscó aliviar el tarifazo nacional. Primer signo de diferenciamiento. En junio del mismo año, lanzó una serie de medidas para beneficios de jubilados, asignaciones universales y familiares, trabajadores estatales, entre otros; nuevamente se diferenció de Nación. Algo que se repitió en el año.
 
La última medida, basada en la ayuda social, fue tomada luego de un importante reto que llegó desde el Vaticano. Otro golpe a Peña, que en varias oportunidades buscó bajar el precio del Papa Francisco. Cómo si fuera poco, previo al fin de semana de crisis a finales de septiembre, que acabó con varias modificaciones en el esquema del Gobierno, Vidal junto con Rodríguez Larreta fogonearon la necesidad de oxigenar la Jefatura de Gabinete nacional.
 
Con el derrotero de varios cruces de ideas entre la mano derecha de Macri y la principal electora de Cambiemos, la gota que rebalsó el vaso fue la idea de separar las elecciones. Allí, las mentes son más que dos y también aparece la estrategia de otro rival directo de Peña, el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
 
Fue Frigerio quien intercedió entre Vidal y Macri para que el Jefe de Estado tenga una visión positiva del desdoblamiento electoral. “Si adelantamos las elecciones, María Eugenia (Vidal) gana cómoda y potencia la elección de Mauricio”, sostienen en Provincia. No obstante, por lo bajo, desde Cambiemos reconocen que “hoy ir en la boleta con la cara de Macri nos resta mucho”.
 
En dicha reunión organizada por el ministro del Interior, un miércoles de diciembre en la Casa Rosada, participó Macri, Frigerio, Vidal y Salvai. No estuvo Peña. La respuesta del Presidente sorprendió a los organizadores, ya que no mostró ningún rechazo al desdoblamiento. Sin embargo, el final de la reunión fue tajante. Palabras más, palabras menos, Macri dio el visto bueno con una condición: “Si convencen a Marcos Peña, desdoblamos”.
 
Claro está, el desdoblamiento electoral como estrategia surgida desde la Provincia es un golpe más a Peña y su ego, que ve en Vidal una rival constante que no acata sus bajadas de línea. En 2017 le impuso sus formas y en 2018 se rebeló para sortear la crisis nacional y salir airosa desde la dura provincia de Buenos Aires. Así, Macri, Peña y Dujovne quedaron más golpeados.
 
Las respuestas son diferentes. Macri necesita a Vidal si o si. Dujovne, le hizo saber su malestar al cortar la canilla de recursos, quitar subsidios claves y frenar el Fondo del Conurbano. Peña sólo tiene la politiquería como única manera de competir contra Vidal y hacerle saber su enojo. Así, fortalece su postura en contra del desdoblamiento, incluso más que la oposición bonaerense.
 
Por caso, intendentes del Partido Justicialista provincial, levantan la voz y critican el desdoblamiento pero por lo bajo consultan como serían los esquemas para pensar sus estrategias. Uno de ellos es Gabriel Katopodis, de General San Martín, que llegó a reunirse con gente de Jorge Macri para ver el escenario. Lo mismo Alberto Descalzo de Ituzaingó, Ariel Sujarchuk de Escobar o Luis Andreotti de San Fernando.
 
La interna entre Peña y Vidal tiene sustento en la necesidad imperiosa del Jefe de Gabinete de la Nación de ser la única voz de mando autorizada en el oficialismo. Claro está, sabe que para perdurar en su cargo por cuatro años más junto a Macri, necesita que los principales electores jueguen en línea con el Presidente y no adelanten sus competencias electorales.
 
La Gobernadora se rebeló, jugó a la política y la mano derecha de Macri no quiere ser relegado en la estructura de Cambiemos. Por ello, busca sumar adeptos a la mesa chica del PRO para garantizar la papeleta completa con Macri y Vidal. En ese sentido, no es casual el faltazo de Vidal y Salvai a la última mesa electoral del PRO, donde solo estuvo Peña, Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli y Humberto Schiavone.
 
Así, desde las propias oficinas de Balcarce 50, María Eugenia Vidal tiene a su principal rival en el camino a las elecciones 2019, Marcos Peña.
 
 
 
 Marcos Peña, el peor opositor de Vidal