Discúlpeme Sr. Intendente, por lo menos yo tendría que haberlo aplaudido. Imprimir
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Lunes, 04 de Abril de 2016 10:00
Por Dr. Néstor Policano* 
 
Como concejal del partido de Rivadavia, asistí el último viernes, 1° de abril, al mensaje que el Sr. Intendente Municipal dirigió al Honorable Concejo Deliberante con motivo de la apertura del período de sesiones ordinarias. Era una noche de fiesta para nuestra democracia. El Concejo en pleno, funcionarios del gobierno municipal, público en general (la gran mayoría simpatizante del actual gobierno).
 
No es mi intención aquí analizar el mensaje del Sr. Intendente, pero sí quiero compartir con todos ustedes la triste sensación que me invadió al notar que en ningún momento de su discurso, el Sr. Intendente fuese interrumpido con cálidos aplausos por parte de los presentes, insisto, la gran mayoría funcionarios y partidarios de su gobierno. 
 
Puede ser posible, que en el transcurso de 190 minutos de discurso de la persona que habían elegido para que fuese el intendente, no les haya podido arrancar un solo aplauso? No hubo una sola palabra, una sola frase que mereciera una sincera interrupción para corroborar aquello que se decía?
 
Puede ser posible que no le hayan regalado al Sr. Intendente un solo aplauso durante todo su discurso?
 
Discúlpeme Sr. Intendente, por los menos yo, tendría que haberlo aplaudido. 
 
Como cuando dijo que “Nuestro objetivo fundamental y nuestra prioridad es invertir en capital social, es invertir en aquellos servicios que están destinados fundamentalmente, a los sectores de menores recursos,…” 
 
O cuando dijo: “Se impulsará el acceso a la tierra, adquiriendo y poniendo a disposición lotes municipales con una base accesible, conjuntamente con un Plan de Vivienda Municipal,…”
 
O como cuando dijo: “Construir una sociedad con igualdad se basa en reconocer las inequidades y actuar desde el Estado para modificarlas.”
 
O cuando dijo: “El proyecto está destinado al Centro de Estudios Universitarios con el fin de generar en la ciudad de América un Polo Universitario para el Partido de Rivadavia.”
 
O como cuando dijo: “Quiero finalmente convocarlos a trabajar, a debatir ideas que mejoren la calidad de vida de los vecinos de nuestro Distrito,…” y que además iba a hacer “aportes que ayuden a proteger los valores” a los que aludió. Que son “comunes, que trascienden ideologías y necesidades partidarias y que se inscriben en la voluntad compartida de ayudar a un mejor presente y echar las bases de un futuro mejor….”
 
Por esto que rescato como ejemplo, y por seguramente, muchos otros conceptos más; el Sr. Intendente merecía ser interrumpido con aplausos, sobre todo, por parte de su gente. 
 
Me dio la impresión, en ese momento, que el Sr. Intendente estaba solo, demasiado solo.
 
Por eso digo, que por lo menos yo, tendría que haberlo aplaudido. Se lo merecía.
 
Después sí, vino el aplauso final. Pero ya era demasiado tarde. 
 
Sonó como una parte más del protocolo.
 
* Concejal del Frente Renovador por Rivadavia
Discúlpeme Sr. Intendente, por lo menos yo tendría que haberlo aplaudido.