Hoy, primero de mayo, nada para festejar Imprimir
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Miércoles, 01 de Mayo de 2019 15:13
Por Diego Pallero de Cooperativa La Comunitaria
 
La desocupación, la pobreza y el hambre llegó a Rivadavia.
 
Qué difícil se nos hace decir “Feliz Día!”. Cada año esta frase cuesta más ser expresada por miles de argentinos… o millones quizás.
 
¿Quién puede estar feliz? ¿Qué trabajador argentino puede festejar frente a esta situación de crisis permanente que se profundiza día a día, hora a hora?
 
El dueño del comercio no festeja, porque está pensando cómo paga la próxima tarifa de luz, gas, agua, alquiler, impuestos, etc, etc, etc.
 
El empleado tampoco festeja, porque está con el miedo permanente de ser el próximo en la lista larga de despidos.
 
El vendedor no festeja, porque ya nadie anda con plata en los bolsillos y las compras se planifican con detalle para poder llegar a fin de mes, o al menos intentarlo. Disminuyen las ventas, disminuye el consumo y con esto también disminuye el trabajo.
 
El jubilado no puede festejar sus largos años de trabajo. Un jubilado argentino está dentro del amplio porcentaje de pobreza e indigencia. Es muy triste ver a una persona que en sus últimos años de vida tiene que juntar las monedas para llegar a comprar la comida. Si, en Argentina hoy los jubilados no tienen plata ni para comer. Eligen cuál de todos los medicamentos comprar, porque ya no alcanza para todos.
 
Podemos ver casi a diario, pequeños productores que regalan las verduras, frutas de diferentes provincias, simplemente porque ya no saben cómo hacer para ser escuchados. Los costos de producción son más altos que las ganancias. Sólo les queda resistir, pero… por cuánto tiempo? Es insostenible la situación.
 
Hoy, primero de mayo, no hay alegría en los trabajadores. No podemos alegrarnos por ningún triunfo en nuevos derechos conquistados, simplemente porque no hay triunfos y cada vez quedan menos derechos, lo que abundan son retrocesos. No podemos imaginarnos un día feliz, sabiendo que hay tantas personas desempleadas, que con desesperación ya no saben qué hacer para tener un plato de comida para sus hijos. No hay que ir muy lejos para verlo. 
 
Hoy la pobreza no es algo que se encuentra en los manuales con imágenes de África. Está acá, en cada uno de nuestros pueblos, a la vuelta de la esquina o en nuestra propia casa.
 
Es muy triste. Cuando los cambios son tan profundos y arrasan con todo, afectan hasta la dignidad de las personas. Quedás paralizado, mirando a los costados para ver si encontrás alguna respuesta, alguien que te muestre un camino de esperanza. 
 
Y es en este punto, cuando la mayoría de las personas se encuentran al borde de la desesperación, es el momento en que aparezca el Estado, el gobierno en todas sus dimensiones: nacional, provincial y municipal. Son ellos, los representantes del pueblo, quienes fueron elegidos para acompañar el crecimiento de cada una de las familias, brindar ayuda y contención a los más necesitados, generar oportunidades de trabajo, producción, con políticas públicas que reactiven la economía de todo el pueblo argentino.
 
Pero la tristeza se vuelve mayor y la desesperanza se convierte en desesperación cuando nos damos cuenta que quienes deben generar oportunidades de crecimiento son los mismos que nos llevaron a la situación en la que estamos. Estas personas, protagonistas de la crisis a nivel nacional, provincial y con la complicidad de los representantes de nuestro municipio, son los responsables de que hoy tengamos cada vez menos en nuestra heladera. 
 
Son ellos, no es por falta de mérito de ningún ciudadano no llegar a fin de mes, es por las políticas de este gobierno neoliberal. ¿Qué sentirá un diputado nacional al ser parte de un gobierno que le arruinó la vida a millones de argentinos? Qué le pasará por la cabeza a un intendente que no puede controlar la situación de su distrito y ve cómo día a día va llegando el hambre a cada uno de los pueblitos y barrios de Rivadavia?
 
Me pregunto cuáles son las medidas que se están tomando, porque a simple viste no se ve absolutamente nada.
 
Sí, es muy triste.
 
Desde nuestra Cooperativa La Comunitaria generamos cientos de puestos de trabajo, proyectos productivos y oportunidades en capacitaciones laborales y culturales, aportando nuestro granito de arena en la batalla a la crisis estructural, pero el Municipio brilla por su ausencia y eso preocupa...
 
No hay nada para festejar, hoy primero de mayo, día del trabajador.
 
Diego Pallero
Cooperativa La Comunitaria
Hoy, primero de mayo, nada para festejar