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Domingo, 17 de Junio de 2018 23:01
Sampa sabe que se juega la vida ante Croacia y por eso modificará el equipo. Tocará nombres y esquema. Mercado entra, Biglia sale y el resto lo definirá desde hoy. ¿Y Pavón? También tiene muchas chances.
 
Vamos a pelear y a comerle las patas a Croacia”. La frase la suelta alguien en el búnker argentino, alguien con voz y voto en las decisiones. Uno más de los que quedaron tocados, dolidos y con sed de revancha luego de un debut que decepcionó y a la vez complicó los planes. A ver: en cualquier caso la Selección tenía pensado salir a hacer este partido, pero una cosa es hacerlo con tres puntos en efectivo y otra con el estómago vacío. Todos, íntimamente, daban como seguro el triunfo en el estreno en Moscú. Y ahora la exigencia es totalmente distinta, la presión sube y hay que empezar a nutrir los niveles de confianza.
 
Primera certeza: Sampaoli va a cambiar el equipo que jugó contra Islandia. Lo hubiera hecho de todos modos, porque no es de los técnicos que piensan que todos los rivales son iguales y ya en Barcelona había planificado algo distinto a lo del debut para enfrentar a esta Croacia. Una Croacia que hizo los deberes, que está más cómoda tras haber superado el primer escollo, Nigeria, y que por jerarquía y estilo hará algo absolutamente distinto a lo que mostraron los héroes de la tierra del hielo.
 
Segunda certeza: el técnico preferiría jugar con un 4-3-3, el esquema que probó en distintas prácticas. Y Lucas Biglia no tiene lugar en este sistema. Esto es independiente de su actuación en el debut. En el cuerpo técnico creen que será un partido más de golpe por golpe, donde la velocidad es un valor insustituible y elegirán a los interiores en consecuencia.
 
Tercera certeza: para jugar este partido, Sampaoli ya había planeado incluir a Mercado en una defensa mucho más clásica. Tampoco tiene que ver con el rendimiento de Salvio, que contra Islandia arrancó de 4 y terminó de 7. Además, para el cuerpo técnico, fue uno de los aprobados.
 
Primera incertidumbre: en tierras catalanas, el ensayo incluía a Lanzini como titular. En el debut, el puesto de Manu fue ocupado por Meza, pero ésta es otra función. ¿Conservará su lugar el hombre de Independiente? Esta es, en realidad, la primera de una larga lista de posibilidades que están encadenadas y que ahora sí tienen también que ver con los rendimientos del primer partido. Porque así como complica el bajo nivel de algunos, el alto de otros plantea dudas donde antes no las había.
 
En aquel 4-3-3 made in Barcelona, el equipo jugaba con Messi de 9, sin Agüero, y con dos extremos rápidos y bien abiertos: Pavón y Di María. ¿Sacará Sampaoli al Kun, el mejor jugador argentino en el debut, que encima cortó su sequía mundialista justo en el arranque de Rusia 2018 ? Si no lo hace, el trío ofensivo tiene dos variantes: Messi-Agüero-Di María o Messi-Agüero-Pavón. El primero tiene que ver con el peso de los nombres, que tiene su influencia innegable. El segundo respondería más a lo que se vio el sábado: un Di María que no pudo imponer su velocidad y un Pavón que le puso más pimienta al ataque y que -como variante superadora- ofrece desborde por los dos lados. Además de frescura anímica.
 
El medio es otra historia: si Sampaoli quiere un equipo rápido, debe rodear a Mascherano (en esa ocasión será su único cinco) de jugadores que tengan esa característica. Cuatro variantes para dos lugares. Por derecha, Meza (más juego interior) o Salvio (más vertical); por izquierda, Lo Celso (pase filtrado, mayor capacidad de asociación) o Di María más por afuera -y otra vez el peso de su nombre.
 
Hoy, con apenas 72 horas por delante, empezarán los ensayos para un partido que definirá la suerte de Argentina en el Mundial. Cambios o fuera...