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El hombre de negocios recurrió a un abogado de la ciudad pampeana y ofreció toda la documentación. Afirma que hace un mes entregó 10 u 11 automóviles de alta gama, en su mayoría de la marca Volkswagen, a un revendedor de General Pico que los vendió pero no le pagó. Reclama el dinero o la devolución de los vehículos, vendidos en su totalidad a prominentes vecinos, entre ellos un funcionario de la justicia, abogados y empresarios.

Si no hay arreglo podría solicitarse el secuestro de las unidades. Eso derivaría en la denuncia por estafa de los compradores, que ya habrían abonado las operaciones de compra-venta. 
 
De las consultas efectuadas por MaracóDigital se pudo establecer que el empresario que se presenta como damnificado recurrió a un conocido estudio de abogados de la ciudad en procura de resolver el pago de entre 10 y 11 automóviles que el hombre dice haber entregado hace poco más de un mes a un revendedor de la ciudad que en los últimos tiempos se caracterizó por ofrecer precios inmejorables en la compra venta de automóviles.

Las fuentes consultadas indicaron que por ejemplo, un vehículo que a través de la concesionaria oficial podía adquirirse a 100 mil pesos, este revendedor lo comercializaba en 90 o 92 mil pesos.

El empresario, que adquiría los vehículos a una prestigiosa concesionaria de Buenos Aires, reclamaría por esas 10 u 11 unidades. Aseguraría que las entregó al revendedor para su comercialización y que tiene en su poder la documentación que avala su propiedad.

“Quiero que se me pague el valor de los autos o que se me devuelvan las unidades”, habría señalado el empresario al solicitar que se realice el reclamo del caso.

Según se pudo saber, no existe aún presentación judicial alguna, a la espera de la respuesta que dará el revendedor.

Trascendió también que las unidades que son reclamadas, fueron adquiridas en su mayoría en General Pico aunque también hubo algún comprador de algún pueblo vecino.

Entre los piquenses que compraron esas unidades de “primera línea” hay por lo menos un funcionario judicial, conocidos profesionales y comerciantes.

El revendedor se dedica en realidad a otro rubro comercial, es decir, no tiene una agencia de automóviles o un salón de exposición, aunque las fuentes consultadas aseguraron que los autos vendidos fueron entregados con el sticker que lo identifica por su apellido.

Nadie aventura calificar aún lo ocurrido, pero los especialistas adelantaron que si el empresario demandante no obtiene respuesta y resuelve recurrir a la justicia, desde tribunales no quedaría otra opción que dar la orden del secuestro de los vehículos, lo que originaría seguro, alguna denuncia de los compradores que se podrían sentir estafados.

Hay quienes adelantaron incluso que los 10 u 11 no serían los únicos vehículos en danza. En las próximas horas se podrán develar algunos interrogantes.