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Denis, asesinado por su primo en Rancul, con una vida signada en la pobreza y el abandono Imprimir
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Martes, 14 de Enero de 2020 09:02
Denis Olmedo, el chico de 19 años que fue asesinado por su primo de 17, tuvo una vida signada por la pobreza, la falta de contención familiar y la ausencia del Estado. 
 
El domingo, alrededor de las 22.30 horas en la plaza San Martín de Rancul, una navaja le atravesó el abdomen. El atacante fue su propio primo, que también fue herido: recibió un puntazo en su espalda con un destornillador.
 
Denis murió en la mañana de este lunes, en el Hospital Centeno de Pico. El adolescente de 17, por lo pronto, permanece internado en la Clínica Santa Teresita, de Realicó. «Está fuera de peligro. Será acusado de homicidio», adelantó el fiscal general Armando Agüero.
 
La Policía encontró el cuchillo, aunque no el destornillador. «Es un cuchillo tipo navaja», dijo a Diario Textual el subcomisario Mauricio González.
 
Denis no fue feliz de niño. Tuvo una niñez signada por la falta de todo.
 
Hoy vivía de changas. De las pocas changas que podía conseguir en un pueblo donde no hay mucho trabajo. Y algunos de sus amigos o conocidos estaban involucrados en el delito. Dos de ellos, por ejemplo, están detenidos por el doble asesinato de noviembre del año pasado: los crímenes que alcanzaron a Atilio “Cacho” Tallone y Ceferino Lapettina.
 
Denis tenía una vieja disputa con su primo. «Aún no sabemos cómo empezó la discusión ni sobre qué discutieron», aseguró el subcomisario González. Se espera que, con el correr de las horas, testigos comiencen a aportar datos.
 
En la pelea también intervino un joven de 20 años, hermano del chico de 17 años. Pasado el mediodía de este lunes, permanece demorado. Pero se espera que, luego de declarar, pueda ser liberado.
 
«Hay mucho dolor y estupor en el pueblo. Más, teniendo en cuenta que hay que sumarle a este hecho el doble asesinato del año pasado», dijo el periodista Eduardo Honorato.
 
Adriana Beatriz Cena, directora de la Unidad Educativa 25 y profesora de Denis, hizo una radiografía de lo que pasó con el joven y lo que pasa con otros chicos y chicas de Rancul: principalmente, la ausencia estatal. «Era mi chiquito, mi alumno. Esto es demasiado para mí que los he visto llorar cuando extrañaban a su mamá que los había dejado para vivir en otro pueblo«, contó. «Acudí al juez de ese pueblo y en menos de 24 horas su mamá estaba en Rancul, dándoles el abrazo que esperaban».
 
«Hubo muchos años de abandono de los agentes especializados del Estado, una comunidad mirando para otro lado y la utilización de algunas familias para ganar votos, que sellaron el pacto de muerte de él y vidas lamentables para tantos», dijo.
 
«Menores consumiendo alcohol a plena luz del día, normas escritas para no ser cumplidas y a los que no les toca siguen viviendo como si nada. Te recordaré con tu flequillo teñido de amarillo, sentado en el banco de tu curso, pequeño, menudo y con un destino condenado desde la cuna, que por más que intenté, no pude revertir», dijo en una publicación en las redes sociales.
 
«Hace más de 30 años que el Estado se reduce al maestro, a la directora que pone ovarios y denuncia para que luego no pase nada y que los vecinos reniegan por la molestia y el cascotazo, ignorando que ese niño crece y le espera un destino marcado al que algunos zafan», sostuvo.
 
Selva Acosta, en tanto, fue maestra primaria de Denis. «Cuando decimos que está ‘roto el tejido social’, es esto… Y lo más penoso es que se trata de la vida de seres humanos», sostuvo.
 
  Denis, asesinado por su primo en Rancul, con una vida signada en la pobreza y el abandono