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El provocador deseo de un psicólogo: “Ojalá que en estas vacaciones tus hijos se aburran” Imprimir
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Miércoles, 15 de Enero de 2020 13:01
Cómo combatir las pantallas 24x7, el síndrome del álbum lleno y ayudarlos a gestionar el tiempo libre. Niños y niñas pegados a las pantallas, una "triste manera de pasar el verano", dice Schujman.
 
Es mediodía, suena el timbre, la madre saluda desde el auto, la niña entra a su sesión.
 
Tardo menos de un minuto en servir dos vasos de agua, cuando entro al consultorio le encuentro hecha un ovillo, durmiendo profundamente.
 
Se despierta con el cerrar de la puerta, abre los ojos como puede y me cuenta: "Dormí tres horas, me quede chateando con amigas". Tiene 12 años, es enero en Buenos aires, y las vacaciones son una serie de problemas. Algunos son los siguientes:
 
➪Sufre de monitores encendidos 24 x 7.
 
➪Sufre de padres que no saben cómo ayudar y acompañar a sus hijos en la gestión de su tiempo libre.
 
➪Sufre del síndrome de álbum lleno (este proceso en el que los padres por miedo a que los hijos sufran les taponan todos los huecos y les dan absolutamente todo lo que está a su alcance).
 
Entonces digo, desde mi más profunda convicción profesional: ojalá que en estas vacaciones tus hijos se aburran.
 
Hemos derribado los padres en las últimas décadas la fábrica más importante, la de creatividad e imaginación, que usa el aburrimiento como trampolín para las nuevas ideas y las aventuras del vivir.
 
Cuando los chicos pasan "entretenidos" horas y horas del día hasta entrada la madrugada con monitores, consolas de juego, los ojos rojos, las manos tiesas y el cuerpo quieto, encuentran una triste manera de pasar el verano.
 
Del aburrimiento pueden salir creativas maneras de divertirse.
 
Permitamos que los chicos se aburran y en el aburrimiento encontrarán, ayudándolos en eso, maneras creativas de divertirse, volver a jugar, de inventar juguetes, soñar historias, dibujar rompecabezas, salir al patio, a la plaza y todo lo maravilloso que tiene la infancia. Ayudemos a que nuestros chicos puedan volver a aburrirse para que sigan siendo niños. Cuidemos el tesoro del soñar, del creer, del crear y del jugar.
 
Este fenómeno de chicos que no saben aburrirse y adultos que no lo permiten comienza con la trampa en la que caemos los padres cuando queremos limitar la demanda inagotable de los hijos con "chupetes electrónicos" y después quedamos atrapados en nuestra propia estrategia.
 
El gran mal en estos años de crianza de los hijos es el de estas generaciones de padres amorosamente tibios a los que les cuesta regular y sostener los límites que desde el sentido común no dudarían en poner.
 
Pero la implementación se les hace compleja por las propias limitaciones.
 
La salud de los hijos no es solamente cuidarlos de las enfermedades, es educar la paciencia, el que entiendan y acepten el NO entre otras cosas.
Recuperar los juegos al aire libre, una deuda pendiente.
 
"¿Que querés que haga? Todos los chicos están todo el día con los celulares, no hay manera."
 
"Vos tendrías que estar en casa para ver el escándalo que hace cuando tratamos de que apague el teléfono o la consola de juegos, es una locura."
 
 Y así los padres negocian lo innegociable.
 
Son dos decisiones que hay que tomar:
 
1. No negociar con la salud de los hijos.
 
2. Favorecer el aburrimiento y la frustración como terreno fértil para la esencia de la niñez, el pensamiento creativo como elemento de construcción por excelencia.
 
Lo bueno se construye y el aprendizaje se da en los procesos.
 
El juego de los padres que ponen límites
Propongo entonces (como en el ejemplo de esta pequeña paciente que desde que terminaron las clases dormía a contrarreloj) que se regule desde los padres el uso de tecnología de manera sencilla para evitar un tironeo agotador y una pulseada eterna (sobre todo con los adolescentes que confrontan más ruidosamente).
 
El juego se llama "Lo que hacemos tiene consecuencias" y es esencial para la vida adulta.
 
CANTIDAD DE JUGADORES
 
Tres o más (depende de la cantidad de hijos).
 
REGLAMENTO
 
Los adultos responsables comunicarán el desafío semanal y renovable que es el de mantener el uso de monitores (incluye televisores, consolas y teléfonos celulares) con un tope máximo de dos horas diarias para jugadores avanzados (o tres, para los padres primerizos o novatos que no se animan a la primera).
 
El viernes a la noche se inicia la ronda, los padres observarán a los "participantes" sin mediar en lo que sucede en este aspecto y el viernes siguiente en horario a determinar por los organizadores se hará una asamblea soberana en la que los padres determinarán si los hijos cumplieron o no con la consigna.
 
En caso afirmativo, se renueva el desafío para la semana siguiente, y se les da un abrazo o aplauso por el logro conquistado.
 
Si no pudieron hacerlo, sencillamente los monitores se guardarán cuidadosamente en una caja que quedará bajo llave en algún lugar inviolable de la casa hasta el viernes siguiente.
 
Los niños se enojarán, segura y lógicamente, y tendrán luego la maravillosa y aleccionadora lección de des-enojarse.
 
A cambio, tendrán como regalo padres que pueden sostener límites saludables. Y tiempo libre para descubrir aventuras y desarrollar la capacidad de juego. Y eso (aunque los niños todavía no lo sepan), eso no tiene precio.
 
Menú para enfrentar el aburrimiento
 
Un sobrino de esos que la vida me regala me dio uno de los presentes más amorosos de los últimos tiempos.
 
“Ale, mi mamá me enseño a construir cuando era chico las botellas para poder manejar bien las emociones. Ponés agua en una botellita, le agregas purpurina, brillos, semillas y cositas de color. Las tapás bien fuerte. Cuando tenés mucha bronca, muchos nervios, o mucha tristeza, la agitás fuerte, fuerte hasta cansarte. Después te quedás mirando como caen todas las cositas que le pusiste y seguro que te sentís mejor. Yo te regalo la de la calma para que la usen los chicos que van a tu consultorio."
 
 Y allí está en una mesita de mi lugar de trabajo como hermoso ejemplo de lo que un niño y sus padres pueden construir. Desde esta lógica, ofrezcamos alternativas.
 
La imaginación de los niños esta agazapada hasta que los adultos activemos el botón de off de la hipnosis por abducción tecnológica.
 
 
"El frasco del aburrimiento", una usina de ideas.
 
Las grandes ideas nacen de momentos de ocio creativo y de hermosas actividades puede estar habitado el "frasco del aburrimiento", una linda propuesta que me compartió una mamá que llegó a ella googleando ideas  para las vacaciones en familia. Tomen lápiz y papel:
 
-Siéntense padres e hijos con papelitos y algo para escribir y en el más pleno ejercicio de la lluvia de ideas anoten todo lo que se les ocurra que se puede hacer en momentos en donde el aburrirse sea "un problema".
 
-Escriban cada una de las ideas (inventar un cuento, cocinar una receta que inventemos, escribir una carta a los abuelos, etc.) con distintos colores en los papeles y todas juntas cuando lleguen a 100 (parece mucho pero no lo es) pasan a dormir en el frasco hasta que llegue el momento de recurrir a ellas .
 
Cuando uno de los chicos esté aburrido solo tendrá que tomar un papel y ¡abracadabra ! ¡Ya habrá algo para volver a la acción!
 
-El primer papel que saque, eso se hará.
 
Los hijos grandes también participan. Propongo armar un baúl con elementos que ayuden a poder cumplir las consignas ¡Manos a la obra!
 
"Ayudemos a que puedan volver a aburrirse para que sigan siendo niños", propone el psicólogo.
 
Y tené en cuenta que permitir que nuestros niños se aburran es enseñarles que:
 
✔️Nada ni nadie va a solucionarles la vida y que ellos son los artífices de su destino.
 
✔️Lo bueno no llega solo, sino que se construye. Lo importante son los procesos y no los resultados.
 
✔️Tenemos una capacidad creativa cuyo techo se agranda o se achica al igual que los músculos depende el tiempo que lo ejercitemos.
 
✔️Jugar con monitores es solo una parte pequeña dentro de un universo mucho más amplio.
 
✔️El cuerpo es nuestro templo y tenemos que ponerlo en funcionamiento de manera saludable y no adormecerlo en la abulia y la apatía, antesala de las peores versiones de una vida aburrida y quieta.
 
✔️Nada de lo que nos de satisfacción inmediata será la solución a nuestras vidas. Y de esta forma haremos prevención también del consumo de alcohol y drogas para cuando entren en tiempos de querer experimentar con sustancias.
 
✔️La pasión se educa y construye desde la cuna. Que pueden sumar a la construcción de un mundo de ojos brillantes.
 
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Si entendemos la importancia de que puedan aburrirse y promover la diversión genuina estaremos sumando para su salud tanto como cuando completamos el calendario de vacunación, o los llevamos al odontólogo.
 
El querido Buzz Lightyear decía en la memorable saga de Toy Story: "Al infinito y más allá". Y allí los llevaremos si estimulamos los procesos creativos de nuestros pequeños. Quedan todos invitados, ¡a la una, a las dos y a las tres!
 
*Alejandro Schujman es psicólogo especializado en familias. Autor de Generación Ni-Ni, Es no porque yo lo digo y Herramientas para padres
 
El provocador deseo de un psicólogo: “Ojalá que en estas vacaciones tus hijos se aburran”