Un pueblo en vilo por las hermanas Basualdo: casadas con ancianos, un matrimonio anulado y una herencia millonaria Imprimir
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Lunes, 15 de Abril de 2019 12:01
Liliana y Nilda Basualdo se casaron con dos hombres 60 años mayores y heredaron un campo en la localidad cordobesa de La Para valuado en miles de dólares. Pero la hija extramatrimonial de uno de los ancianos las denunció al considerar que "se aprovecharon de ellos". Ahora las hermanas salieron a contar públicamente su versión
 
Por Walter Darío​ Vazquez
 
La trama enredada, con giros y ribetes que la vuelven algo confusa, podría resumirse más o menos así: tres hermanos fallecidos cuyo legado son terrenos valuados en miles de dólares y sus herederas (dos esposas y una hija extramatrimonial) enfrentadas en varios frentes judiciales en una historia que mantiene en vilo a la pequeña localidad de La Para, a 150 kilómetros de la ciudad de Córdoba.
 
Todo comenzó hace 14 años, cuando Normi Titti  supo por su padre adoptivo que era hija de un hombre llamado Pedro Titti. Normi lo conocía: hasta ese momento era un amigo de su familia que visitaba su casa con frecuencia. Inició, entonces, un proceso de filiación que determinó que eso era efectivamente cierto.
Normi Titti reclama judicialmente lo que considera suyo 
 
Normi tiene 40 años, es madre de tres hijos y vive en La Para. Su rostro tal vez parezca familiar, es que semanas atrás su caso tomó estado público cuando los medios la presentaron como la mujer que trabaja como empleada doméstica y en un kiosco, y reclama una herencia millonaria.
 
Resulta que Pedro Titti poseía, junto a sus hermanos Isidro y Ciriaco, una extensión de terreno de 362 hectáreas, abarcando montes, ríos y zonas aptas para la siembra y el cultivo, con un valor aproximado de entre 8 y 10 mil dólares la hectárea, según consta en el expediente del Juzgado Civil y Comercial Nº 8.
 
En el campo se dedicaban a la producción agropecuaria. Trabajaban la tierra, ordeñaban vacas, vendían leche. Los tres fallecieron, por lo cual Normi se convertiría en la heredera de su padre, que no tenía otra descendencia. Pero en este punto es donde aparecen los otros actores de la actual contienda judicial.
 
Liliana (35) y Nilda Basualdo (30) son hijas de peones que trabajaban en un tambo ubicado en el mismo predio. Ellas acompañaron a los Titti desde muy pequeñas. Liliana, la mayor de las hermanas, los conoce desde los 9 años y trabajó con ellos desde los 15 haciendo tareas domésticas, cortando leña y cuidando animales, entre otras tareas de campo. Actualmente ocupa la casa en la que vivían los Titti.
Liliana Basualdo heredó dos tercios de la totalidad del campo
 
En 2008, a sus 22 años, Liliana se casó con Isidro Titti, que en aquel momento tenía 80. Tuvieron una hija, que hoy tiene 9. Al los dos años su esposo falleció y a Liliana le quedó la porción del campo de su marido. También en 2010 murió Ciriaco, quien previamente había firmado una escritura de donación en la que le legó a Liliana su parte del terreno. La mujer, entonces, se convirtió en la administradora de dos tercios del total de las tierras.
 
Durante todos esos años y desde que se enteró de su vínculo Normi dice que mostró interés en mantener una relación con su difunto padre y reconstruir un lazo que siempre había sido de amistad, pero asegura que esto siempre le fue impedido. Culpa de ello a las hermanas Basualdo.
 
Con el tiempo las rispideces entre las mujeres se fueron acrecentando. "Tenía cero relación con mis tíos, porque desde que ella (Liliana) entró a la vida de ellos era imposible acercarme a mi papá. Cuando me lo cruzaba acá en el pueblo yo notaba que él se ponía muy nervioso", dijo Normi en su momento a ElDoce.
De izquierda a derecha, Isidro, Pedro y Ciriaco Titti
 
En 2016, al ya tenso vínculo entre las mujeres, se le agregó otra arista: un tribunal declaró inhábil a Pedro Titti por una "afectación psicocognitiva" y restringió su capacidad de administrar y disponer de sus bienes. Por entonces Pedro tenía 84 años. A los pocos meses, Nilda Basualdo se casó con él.
 
Enfadada, Normi pidió la nulidad del matrimonio, con la firme convicción de que su padre nunca prestó consentimiento. Con el proceso judicial en trámite, Pedro falleció en junio del año pasado. Dos meses después, un juez de familia le dio la razón a Normi y anuló el casamiento. Aquella resolución fue apelada por la defensa de Nilda y una Cámara de Familia aún debe expedirse al respecto. Se espera la resolución para las próximas semanas.
 
Por otra parte, al considerar que se aprovechaban de la condición de vulnerabilidad de los ancianos, Normi inició acciones legales contra las hermanas Basualdo y el ex abogado de ellas por el delito de circunvención de incapaces. Cree que juntos planearon una maniobra para quedarse con los bienes de Pedro contra su voluntad.
 
La otra versión de la historia
 
Hasta allí el relato conocido de una historia que tiene otra cara, la de las Basualdo, que se habían mantenido lejos de la exposición y ahora salieron a responder públicamente. Contando su versión de los hechos, sostuvieron que no tienen intenciones de vender el predio y afirmaron que los matrimonios fueron mera voluntad de los dueños que quisieron premiarlas de este modo por sus años de trabajo cuidándolos.
 
"Ellos tomaron la decisión de casarse, nadie los obligó", comenzó Liliana en diálogo con Infobae.
 
"Esta chica está desesperada por cobrar una herencia. Yo no soy millonaria ni nada por el estilo. El campo no lo voy a vender, no lo voy a tocar porque es mío y de mi hija, y de eso vivo. Si ella el día de mañana quiere vender, bueno se venderá o se irá a remate judicial porque nadie le va a comprar una quinta parte porque ese lote está indiviso", agregó.
 
"Para mí el matrimonio fue simplemente un trámite con una persona mayor a la que cuidás, le das el desayuno, la llevás al médico, lo higienizás, la acompañás. No había intimidad. Hasta el último día cuidamos de Pedro con mucha honra y cariño", sintetizó por su lado Nilda.
Liliana y Nilda Basualdo salieron a responder públicamente las acusaciones
 
Liliana aclaró en detalle la situación actual de las 362 hectáreas de campo. Dijo que a su nombre tiene 176 hectáreas, las cuales tiene alquiladas hasta 2021. La renta es su fuente de ingresos. Después, hay 40 hectáreas de monte y áreas improductivas para el cultivo. El resto fue vendido. "Lo tuve que vender para pagar abogados en todos estos años", explicó.
 
Del total de las tierras a Pedro Titti le pertenecían 41 hectáreas. Ese número se desprende de su testamento. El problema de la disputa judicial, según contó la mujer, yace en que Normi anhela quedarse con una tercera parte del total del campo, es decir 120 hectáreas.
 
En este contexto, las mujeres se acusan de querer quedarse con la parte correspondiente de los terrenos de Pedro. La investigación está en manos del fiscal de Instrucción Gustavo Dalma y según dejaron trascender desde tribunales, la causa está cerca de ir a juicio.
 
Pero hay más. Liliana anticipó que la próxima semana hará una presentación para cuestionar la filiación de Normi. Su sospecha es que el proceso para extraer la muestra de ADN de Pedro Titti estuvo plagado de irregularidades. "No sabemos si es la hija, la paternidad está en duda", sostuvo.
 
La disputa judicial tiene varios frentes abiertos
 
"Nunca esperé hacer pública toda esta payasada. Estoy mal por todo esto. Me siento mal por las mentiras que mantiene diciendo yo no la dejaba ver a Pedro. A la hora que a él había cuidarlo nadie apareció. Ella nunca lo vio porque no lo quiso", cerró Liliana.
 
La contienda tiene varios frentes en la Justicia. A la historia todavía le quedan varios capítulos más. Mientras tanto, el pequeño pueblo de 3.500 habitantes permanece a la expectativa de la resolución de una novela que los mantiene atrapados.
 
 
  Un pueblo en vilo por las hermanas Basualdo: casadas con ancianos, un matrimonio anulado y una herencia millonaria