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El juez de Audiencia Fabricio Losi condenó el martes 9 a un hombre de una localidad cercana a 8 años de prisión por hallarlo culpable de “abuso sexual gravemente ultrajante -por las circunstancias de su realización- calificado por la situación de convivencia preexistente, como delito continuado” en perjuicio de su sobrina, en hechos cometidos hace más de diez años. 

 

Se guarda la identificación del violador por razones de ética profesional ya que se podría revictimizar a la víctima. Es un hombre de 57 años de edad, de profesión industrial y radicado en una pequeña localidad del norte de La Pampa.

 

Los hechos ocurrieron entre los años 2000 y 2003 pero recién fueron denunciados en abril de 2012, cuando la víctima ya era mayor de edad y tenía dificultades con su novio.

 

Fue entonces cuando pudo contar el sometimiento que sufrió durante tres años en la casa de su tío. Allí había ido a vivir junto a su madre y una hermana, tras la separación de sus progenitores.

 

El hombre tenía además una quinta con pileta donde pasaban las tardes de verano y donde ocurrían los abusos. La jovencita indicó que tres niñas más también fueron víctimas del hombre, aunque no se lo juzgó por ello pues no existen denuncias. Si bien no hubo acceso carnal, sí sexo oral, tocamientos y otras conductas invasivas.

 

El tío era sostén de su familia y de la familia de la víctima, por lo que la niña no se animó a contar su sufrimiento hasta pasada una década.

 

Además, utilizó un sistema de compensaciones con la niña como regalarle una bicicleta para su comunión y darle consejos sobre cómo evitar los embarazos al llegar a la adolescencia.

 

La perito psicóloga Mónica Pérez destacó que la chica tiene secuelas traumáticas que se evidencian culpabilidad, angustia y resentimiento por lo vivido, que probablemente la pueda afectar en su vida sexual futura y que muy probablemente el ocultamiento tuvo como finalidad preservar el vínculo familiar con sus tíos y primos, que eran su familia.

 

Y el psiquiatra, Dr. Koncurat, diagnosticó un trastorno presuntivo de la orientación sexual.

 

En su alegato final, el abogado defensor Oscar Ortiz Zamora pidió la prescripción de la causa, sin embargo el fiscal Alejandro Gilardenghi se basó en la ley para sostener que no estaba prescripta.

 

Además pidió 8 años de prisión, condena a la que adhirió el abogado querellante particular Armando Agüero. El juez finalmente condenó al hombre a esa pena, la mínima para el delito que se le comprobó.