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Con un impecable partido de Kevin Durant (43 puntos), Golden State venció a Cleveland, en su propia casa, por 110-102 y se adelantó 3-0 en la serie final. Quedó a un paso del bicampeonato. El viernes va el cuarto choque.

 

La era de los Big Three terminó cuando Golden State contrató a Kevin Durant, quien se sumó a Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green, todas espadas para conquistar el título de la temporada anterior.

 

Ahora los Warriors quedaron a la puerta del bicampeonato gracias a Durant, quien de visitante se despachó con 43 puntos (9-14 dobles, 6-9 triples y 7-7 libres), 13 rebotes y siete asistencias, en 43 minutos, en una noche en la que no contó con gran compañía anotadora de los otros tres mosqueteros.

 

Curry, quien venía de meter nueve triples en el juego 2, esta vez entró a los tres minutos finales con 0-9. Pero se despertó justo y acertó una entrada en bandeja y en la siguiente una bomba, la única en diez intentos.

 

Pero fue Durant el que apagó el sueño de Cleveland con un triple a 50 segundo del cierre, para llevar el marcador 106-100 y anular cualquier intento de remontada del local.

 

Ya había advertido el entrenador de Cleveland, Tyronne Lue, que su equipo sería más "físico" de local para tratar de emparejar las fuerzas y hacerle sentir el rigor de la localía a los Warriors. Se cumplió y fue un factor importante.

 

También los jugadores de Cleveland fueron más agresivos en las acciones de pelear los rebotes y buscar las pelotas sueltas. Se lo hicieron sentir, especialmente en el primer tiempo al campeón. De ahí las ventajas que tocaron los 12 tantos, en el cuarto inicial, y 13 (50-37), en el segundo cuarto.

En ese primer tiempo desfavorable fue Durant fue el único que se escurrió de la telaraña defensiva del local, se bancó el juego físico y la agresividad rival.

 

El segundo tiempo fue bien distinto: Golden State se plantó y emparejó el duelo físico, aparecieron jugadores de rol como JaVale McGee, Jordan Bell y el reaparecido Andre Iguodala para meter el partido en duelo parejo hasta el final.

 

LeBron James (33 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias) resistió hasta donde pudo. Cleveland dominó los rebotes pero no concretó su mayor cantidad de posesiones para poner distancia en el marcador. Después del 97-96, a los 42m, tras el décimo cambio de liderazgo, el control fue de Golden State, especialmente de Durant.

 

Este viernes será el cuarto choque, otra vez en Cleveland. La historia repite que ningún equipo en 71 finales se levantó de un 0-3. No parece que los Cavaliers logren romper esa marca. Golden State acaricia el bicampeonato, con su Big Four por ahora imbatible.